Descubriendo el nacimiento del río Asón

Las heladas nocturnas que dejan salir días soleados motivan para salir al campo o a la montaña, eso si... bien abrigados, pero en esta ocasión había un motivo mas y mucho mas importante: iba a compartir el día con Sara del blog Momentos Decisivos, su marido y amigos.

Por lo que los recogí en Oña donde se hospedaban en El Rincón del Convento y nos fuimos a descubrir el nacimiento del río Asón, dentro del Parque Natural de los Collados de Asón en Cantabria.

La primera parada la hicimos en el Puerto de la Sía, frontera entre Burgos y Cantabria, para pisar la nieve, poca pero helada.

La carretera estaba limpia, pero con un paisaje alrededor muy fotogénico como es el paisaje de Las Machorras, con sus habituales tapias de piedras, para delimitar los terrenos.

La siguiente parada la hicimos en el pueblo de Gándara, para visitar el Centro de Interpretación de los Collados del Asón y dar un paseo hasta el cercano mirador aéreo para observar los avances del río en forma de cascadas entre la vegetación. 

Mas agua esperaba encontrar, así que queda pendiente volver mas adelante en época de lluvias.

Tres caballos se acercaron al trote, pero no quisieron posar para la foto, se ve que eran tímidos.

Volvimos a coger el coche para para ir hasta el comienzo del sendero para llegar hasta la base de la cascada de la que nace el río Asón. Para ello hay que continuar en dirección a Asón y bajando las curvas encontramos en una de ellas un pequeño aparcamiento a la izquierda, desde donde sale un sendero marcado como Pr, y que avanza dentro del bosque.

Sara viendo las enormes hayas no puede reprimir la tentación y se lanza ladera abajo para abrazarse a un ejemplar enorme, que la esperaba para frenarla en su acelerado descenso.

Enseguida divisamos la caída del agua, con una estupenda vista del valle al fondo.

El río Asón nace en el llamado Portillo de Asón en el interior de una cueva de difícil acceso, realizando un salto llamativo y amigo de ser fotografiado desde distintos puntos, tanto desde la propia carretera como recorriendo el sendero que lleva a su base.

Si no hubiese hecho tanto frío hasta hubiese apetecido un bañito en esta ducha natural.

La vuelta la hicimos por el mismo camino aunque también está la opción de seguir el Pr hacia abajo y volver por otro lado.

Llamaba poderosamente la atención como aún se mantenían los colores típicos del otoño en los árboles a pesar de estar muy avanzada la estación.

Las seis de la tarde eran cuando estábamos comiendo en la localidad de Asón, podríamos llamarlo comida-merienda.

Un día estupendo el que pasé junto a Sara, Manuel, Marga y Susi en tierras cántabras.