Toledo

El viernes a la mañana desayune en compañía y con tertulia, me fui a ver Toledo y sacar unas fotos. Dejé el coche donde me habían dicho, cerca de la Puerta de la Bisagra y subí a lo "viejo" por las escaleras mecánicas.

Vista de las Murallas desde la Puerta de la Bisagra

Nada más llegar arriba me encuentro con una oficina de información, así que como yo soy muy buen cliente de estas oficinas, para dentro que me voy.

Desde lo alto de la calle se asoma altiva la Torre por encima de los tejados

Me atiende un chico con muy poca gracia, me da un plano y ala, a la calle, yo que no voy, así le digo:

-¿Dónde estamos? Me hace una marca en el plano y me dice:

-aquí. Pues muy bien y…

-¿por donde tengo que ir para ver algo de Toledo?, me marcó una serie de lugares y un recorrido en el plano sin ningún tipo de explicación. Como no tenía tiempo de discutir, me fui a mi aire y a ver si recordaba algo de cuando yo había estado hace años.

Cuando te pones debajo de la Torre de la Catedral te conviertes en un ser pequeño

Todo lo encontré muy cambiado, más bonito y más limpio. Me bajé para las Sinagogas y por allí hice alguna foto. Después camino de la Catedral me paré a echar una cerveza con limón y fue donde encontré a la persona de la entrada anterior.

Después de pasar por debajo del Arco y volviendo la vista

De ahí pasé a la Catedral y fotos de rigor, no había muchos turistas y pude hacerlas con tranquilidad, por aquí, por allí, la Torre, la puerta, entera, a trozos, miro el reloj y ya había pasado mucho tiempo, así que enfile por una calle comercial con un poco de ambientillo y que me llevaría a la famosa Plaza de Zocodover.

Una de las calles comerciales de la ciudad que comunican la Catedral con la Plaza de Zocodober

Busqué la tienda de bicicletas de Federico Martín Bahamontes, que recordaba y no la vi, supongo que ya ni existe.

La Plaza sigue siendo acogedora y con una sombra que se agradece, fotos de rigor y cuesta abajo hasta la Puerta de la Bisagra donde había dejado el coche, por que mi intención era llegar a Albarracín esa misma tarde y me separaban algo más de cuatrocientos km.

Esa entrada o salida, depende, con lo más típico de Toledo: los mazapanes

Estuve en Toledo como si de un maratón se tratara, no quería estar mas de dos horas y estuve dos y media, pero dieron sus frutos fotográficamente hablando y llegué bien al destino. Prometo volver y con más tiempo, pero éste no era el motivo de mi visita.