Picos de Urbión

Hoy no he sabido quitar ni una sola foto mas, así que sera un poco larga la entrada, en cuanto a imágenes se refiere con lo que espero me sepais perdonar la chapa.

A las 8 de la mañana dejabamos el coche en un lugar llamado Fuente del Berro, con intención de llegar hasta los Picos de Urbión (Soria), pasando por el nacimiento del río Duero. Tras caminar durante media hora por una pista de tierra, llegamos a un refugio conocido como el Bunker en el que ya comienza el sendero que nos llevaria hasta nuestro objetivo.

Letrero indicando la dirección a seguir

Seguimos en la dirección que nos marcaba el letrero y fuimos tomando altura, primero por un pinar y luego ya en zona mas despejada en la que nos encontramos con un buen rebaño de ovejas, que estaban aprovechando el pasto de montaña y custodiadas por cuatro mastines a cual mas impresionante y bonito. Con uno de ellos nos hicimos una foto.

Ya se empieza adivinar en el horizonte los Picos de Urbión

Enseguida llegariamos al nacimiento del río Duero y porque pone un letrero y ya lo sabiamos, que sino... La mi Dueña lo señala con el dedo, para que se vea un poco mejor.

Señalando con el dedo el manantial donde nace el Duero

De aquí a la cumbre, ya no queda mas de media hora, así que tiramos para arriba con intención de llegar y almorzar en la cumbre y disfrutar de las espectaculares vistas que hay desde allí.

Pequeño altar a pie de cumbre

Desde este altar hasta la cima quedan diez minutitos o quizá menos, así que sin parar subimos hasta arriba, donde el único montañero que habia ya estaba dispuesto para marchar, con lo que disfrutamos de la cumbre y de la soledad, por poco tiempo ya que enseguida llegaron tres jóvenes navarros con los que echamos un rato de charla.

Cumbre de Picos de Urbión (2.229 m.)

Desde la cumbre hicimos alguna foto, hacia distintos lugares para tener una idea de lo que se puede ver desde allá arriba.

Subida desde la Laguna Negra de Vinuesa (en la imagen: Laguna Larga)

Laguna de Urbión a los pies de los Picos

Pero como nuestra idea era de no volver por el mismo sitio, sino ir cresteando hasta el Muñalba (2.074 m.) y bajar por otro lado, nos pusimos a ello, pasando por Peñas Blancas, un lugar donde la Naturaleza fue caprichosa y teniendo unas rocas cortadas de gran desnivel.

La mi Dueña al borde del precipicio, encima de la Laguna de Urbión

Capricho de la Naturaleza (el viento y el agua)

A medida que ibamos avanzando, nos fijabamos que el cielo se iba cubriendo de nubes a una velocidad mayor a la que nos hubiera gustado, teniendo en cuenta que el día habia amanecido precioso, con un cielo despejado.

Mirando hacia atrás, al fondo se ve Peñas Blancas, que se estan volviendo negras

Aceleramos el paso, pues aún nos quedaba un ratito para llegar hasta el Muñalba y empezar el descenso. enseguida llegamos al Tres Provincias, llamado así por razones obvias, ya que está en el límite de Burgos, Soria y La Rioja.

Cumbre de Tres Provincias y su buzón montañero. Al fondo Picos de Urbión

Nada mas dejar la cumbre de Tres Provincias nos encontramos con unas vacas que estaban tumbadas, como esperando que les viniera la tormenta encima, sin inmutarse.

Esas vacas puestas como en un Belén con el cielo amenazante. Al fondo a la izquierda está el Muñalba

Empieza a chispear y pienso en guardar la cámara de fotos, e incluso comentamos la posibilidad de empezar a bajar sin llegar al final. Los truenos se oían en la zona de Urbión y el cielo se estaba poniendo muy feo, pero nos quedaba poco... no nos ibamos a rendir ahora, así que volvimos a acelerar el paso y conseguimos hacer cumbre.

Desde la cumbre del Muñalba señalando los Picos de Urbión

Aquí ya si que metí la cámara al fondo de la mochila y empezamos el descenso sin saber muy bien el sendero exacto, hasta el collado lo teniamos claro, pero luego, ¿hacia donde tirar?.

Llegados al collado toca consultar el mapa, vemos un sendero a la izquierda que nos llevaria directamente hasta el Bunker, así que cogimos por él y me arrepentí de haber guardado la cámara de fotos, porque pasamos por unos pinos espectaculares en tamaño y en forma, notandoseles la lucha que tenian año tras año con los fuertes vientos, que por allí soplan. Lo comentamos, pero decidimos seguir para alejarnos lo más posible de la tormenta, pero si que queda como asignatura pendiente y volver en otra ocasión a fotografiar a esos ejemplares.

Antes de llegar al Bunker tomamos a nuestra derecha una vaguada, que nos dejó en la pista a cinco minutos del coche.

El día terminó respetandonos y nos dejó disfrutar de una perfecta jornada de montaña.