Albarracin, 1ª parte

Era el mediodía cuando llegamos a Albarracin, el cielo iba cambiando a gris y nosotros nos dirigimos al hotel donde habíamos reservado una habitación el día anterior por teléfono, dejamos el equipaje y nos fuimos a callejear para tener una primera toma de contacto hasta la hora de comer.

Las calles estaban desiertas, bien por el día que amenazaba, bien por la crisis o bien porque era un fin de semana normal, pero que por ser fiesta en Briviesca, nosotros disfrutábamos de un fin de semana largo.

Subimos a una torre en la que han habilitado una escalera para subir y desde allí teníamos una buena vista de parte de la Catedral, del Castillo y de la pared que sujeta el río en esa zona.

Este es uno de esos rincones imprescindibles para ver en Albarracin y muy fotogénico.

Miramos al cielo y uuuuuuuuuuuuuufffffffffffffffffffffffff que feo que se está poniendo.

Y llegó lo que tenia que llegar: la lluvia. El mejor resguardo estaba en los soportales de la Plaza Mayor y allí que nos metimos.

Aprovechamos para comer y así hacer un poco de tiempo para ver que pasaba. Los pocos turistas que había desaparecieron por arte de magia.

Pero nosotros que tenemos mas moral que el Alcoyano,  a las cuatro en punto que habrían el museo episcopal, allí estábamos como clavos. Tres conquenses tenían tanta moral como nosotros y los cinco (cada uno por su lado) estuvimos viendo el museo. Para variar no se podía hacer fotos en el interior, pero alguna hice de "estrangis" y que ya tendré ocasión de poner.

Después a visitar el castillo, nosotros con al guía solitos. Una chica encantadora, que se explayó de lo lindo al tenernos en exclusiva, jejejejeje. Esta foto está hecha desde las murallas del castillo.

Después se quedó una tarde estupenda saliendo tímidamente el sol, así que en este Bodegón sacaron el jamón a secar, jejejeje.

Y las famosas murallas nos miraban desafiantes, pero tendrían que esperar al día siguiente, porque nuestra preferencia para esta hora era otra.

Y no era otra que el paseo del río, un recorrido a lo largo del río Guadalaviar muy bien habilitado para dar una vuelta de una belleza extraordinaria, que estando con la humedad en el ambiente aún le confería un toque mas especial.

Con pasarelas por los lugares intransitables, para facilitar el acceso.

En la siguiente subiremos a las murallas, así que a preparar las zapatillas.