En busca del Belén perdido

Os pongo en antecedentes:

En esta zona (supongo que en otras también) existe la tradición entre los grupos montañeros de subir un Belén, antes de Navidad a un monte emblemático de la zona o de la provincia, en este caso el Club de Montaña Obarenes lo subió el pasado mes de Diciembre al Monte Cimero en los Montes Obarenes cerquita de Briviesca.

Bueno, pues el sábado día 9 de Enero habia que haber subido a retirarlo pasadas las Fiestas Navideñas, pero como habia mucha nieve y hielo en la carretera se decidió posponerlo hasta el sábado siguiente, osea el pasado sábado.

Pues ahí que nos vamos un grupo de miembros del Club dispuestos a recoger el Belén, bajarlo y guardarlo para el año que viene y he aquí la aventura.

Nos vamos para Miraveche, localidad donde dejariamos los coches en la misma falda de los Obarenes, empezamos a caminar y a ascender poco a poco.

Yo iba el último haciendo alguna foto de lo que dejabamos a nuestro paso y en principio no habia ningún problema en el acercamiento a la base. Nuestra intención era subir al Cantoña para desde allí por la cresta llegar al Cimero en el que nos esperaba nuestro cometido.

Cada vez nos ibamos acercando mas a la niebla y yo seguia tan entretenido, pensando que seria un paseo sin mas. Este tipo de ruta suele ser suave, mas que nada por la cosa de tomar una copa de cava y lo que ha sobrado de las Navidades (turrón, mazapanes, etc.).

Yo seguia yendo detrás y pensé ¡uy! por aquí no he subido yo nunca... bueno será que se saben otro camino de cuando subieron a ponerlo y seguí la huella, sin mas preocupación.

Llegamos a una valla que nadie habiamos visto nunca, jajajajaja, nos habimos ido tanto a la izquierda que nos habiamos pasado a la cara norte por otro lado, con lo que nos encontramos con esta pared de la Maya, cosa que yo no estaba dispuesto a trepar, me negaba en rotundo, algunos subieron, pero la mayoria nos quedamos buscando un paso, nos habiamos desviado demasiado de nuestro objetivo y seguir con la niebla... buscamos paso por la norte hasta que se cerró con maleza y era imposible seguir por ahí. No teníamos ninguna referencia visual, así que volvimos por nuestros pasos siguiendo la huella dejada en la nieve hasta regresar al collado...

De allí decidimos perder altura para salir de la niebla y bajarnos para el pueblo a tomar un café en la cantina. Buscamos un resguardo donde almorzar y dar buena cuenta del cava y demás goloseo mientras esperabamos a los que habian subido a la Maya y decidimos que el "niño" Jesús y su familia tendrian que arrimarse a la mula y a la vaca para alejar el frío hasta mejor ocasión.

Perdernos en nuestra casa no tiene nombre, jajajajajajaja.