¿Tu crees que he visto la nieve por fin?

Tengo un mono de nieve que no me lo puedo aguantar, así que que como en Briviesca no cae nada, me fui en busca del blanco elemento, donde yo pensé que sin duda habría: los Valles pasiegos burgaleses, concretamente hacia Lunada, uno de los pasos (de ahí viene lo de pasiego, del latin "passus" paso) entre la provincia de Burgos y la de Cantabría.

Al poco de pasar Las Machorras, encontré este puente de piedra, que me hizo parar para fotografiarlo.  Las aguas bajaban bravías, pero de la nieve ni rastro.

Mi desilusión iba en aumento, máxime cuando tenia la intención de dedicarle la primera entrada sobre nieve al bueno de Paco Santander, si... el del blog Sensaciones en Imágenes, que no hace mucho me dijo que él nunca había visto nevar, claro... es de Almeria y allí nieve... pues... poca.

Estaba convencido de que por esta zona la encontraría. Al menos me llevaría para casa alguna que otra foto que valiese al pena, ya que la zona bien lo vale.

A medida que iba tomando altura las estampas invernales iban apareciendo, con las cabañas pasiegas y su típicos cercados de piedras como protagonistas.

Es curioso ver como hileras de piedras, puestas unas encima de otras marcan los prados ahora blancos por la nieve...

...con una delimitación que se ve de lejos.

Desconozco el motivo, pero el caso es que las piedras aguantan bien sin estar sujetas. Seguro que hay algún físico o alguien de la zona que me saca de mi desconocimiento.

Algo que me llamó la atención es que en muchas de las cabañas estaba colgado el cartel de "se vende", seguramente se debe a que la vida de los pasiegos es muy dura, dedicada a la ganadería bovina y sus derivados, como la leche, los quesos, la mantequilla, las quesadas y los sobados pasiegos.

En la parte de abajo se metía el ganado y en la de arriba vivían las personas, que aprovechaban como calefacción natural el calor que subía de los animales.

Las montañas de la zona, son muy apreciadas por los montañeros, mas que por su altitud, por las vistas que ofrecen en los días despejados, sobre todo hacia la zona de Cantabria.

La vista del Valle con las montañas que se adivinan al fondo escondidas tímidamente entre la niebla parece una postal de Navidad.

Continuo subiendo y me llego hasta la antigua estación de esquí de La Lunada, donde el bar continua abierto en temporada de nieve y donde también se puede dar un bocado.

Tienen intención de habilitar alguna habitación en la parte alta, para utilizarla como refugio para montañeros o  para el que vaya a dormir.

Tras una entretenida charla, la consiguiente cerveza 0'0 y un pinchito, continuo camino, hasta llegar a cerca de 1.350 m. de altitud donde estaba una máquina quitanieves abriendo camino en la carretera que se encuentra cerrada a causa de la nieve.

Aquí se puede apreciar la altura de la nieve que hay en la orilla de la carretera que sube a Lunada. En este punto mas de dos metros.

La quitanieves parece que estuviera metida en una encrucijada. La forma de trabajar de esta máquina es que lleva en al parte delantera un rodillo que va "comiendo" la nieve y por un sin fin lo lanza por la "chimenea" y de esta forma va avanzando y abriendo hueco.

Aquí la vemos mas cerca.

Y aquí se acabó mi aventura con la nieve que al principio no las tenia todas conmigo, así que amigo Paco, esta entrada va dedicada a ti, desde tierras burgalesas.

Mientras estoy preparando esta entrada se ha puesto a nevar con ganas en Briviesca. Queda recogido en este pequeño vídeo que pongo a continuación.