Las personas que seguís el blog desde hace tiempo sabéis de mi afición por la montaña y mas de un reportaje hay de ellas y sus senderos mas recónditos, tanto cerca de donde vivo o bien por los Pirineos.
Así que ha llegado el momento de retomar esta afición y como ya sabes, este fin de semana hemos estado la Mi Dueña y yo con el Club de Montaña Obarenes, al que pertenecemos desde su fundación, en la montaña palentina, en el refugio que tiene el Club de Montaña Espigüete de Palencia en Cardaño de Arriba, donde tuve el gusto de conocer en persona a Fosi del blog Escapadas. Todo un placer poner cara y ojos a los blogueros que sigo.
El Club tenía previsto subir al collado y al pico del Ves (2.196 m.) y como yo no estoy para esos trotes, me fui solo en busca del Roblón de Estalaya, catalogado como árbol notable por la Junta de Castilla y León. Un recorrido circular, corto, cómodo y para toda la familia, así que si quieres puedes acompañarme en el "paseo".
Llegar al aparcamiento es muy fácil, viniendo desde la zona de Cervera de Pisuerga, al poco de cruzar el pueblo de Vañes se llega al largo y estrecho puente de La Requejada, pues bien, nada mas pasarlo tomamos el cruce a la derecha en dirección a Estalaya, hasta que veamos el amplio aparcamiento donde estacionar el vehículo.
Si por el contrario vienes de la zona de Potes (Cantabria), antes de cruzar el puente tomas la carretera a la izquierda, hasta el aparcamiento.
Vemos de frente el bosque hacia el que nos dirigimos por una ancha pista que sale desde el aparcamiento, muy bien indicado, con un amplio panel informativo y enseguida cruzamos el puente sobre el río Castillería...
...para tomar a la derecha siguiendo el curso del río.
Al poco llegamos a una bifurcación del camino, pero las tablas informativas, nos indican la senda a seguir.
A partir de aquí empezamos a subir de forma tendida en lo que salvaremos un desnivel de apenas ciento cincuenta metros y con vistas a la sierra que circunda el bosque, que se va cubriendo de niebla.
Una portilla en medio de la pista nos hace intuir que encontraremos ganado suelto por el recorrido, pero los senderistas no necesitamos abrirla ya que hay un paso lateral para nosotros.
Y nos metemos en el bosque. Robles y hayas van a acompañarnos a lo largo de la marcha a partir de aquí. Las alarmas de los arrendajos van a ser constantes avisando del intruso que se acerca. Por algo le llaman el centinela del bosque. Nunca he conseguido hacerle una foto, con lo que me gusta a mi este pájaro.
Me encuentro un refugio de emergencia y se me antoja que viene muy bien en caso de lluvia o tormenta que te pilla de forma inesperada.
Los robles que voy viendo, me indican que el Roblón ha de hacer honor a su nombre.
Y vaya, otra flecha me indica de que estoy muy cerca del objetivo (trescientos metros). Pues allá que voy, la subida mas empinada hasta ahora.
Y los robles se me convierten en hayas, facilitándome una sombra fresca que se agradece y eso que es bastante pronto, cosa que recomiendo, bien por el calor que puede hacer fuera del bosque y sobre todo por la soledad del mismo, ya que al ser un recorrido fácil, la gente tiende a no madrugar y subir mas tarde y disfrutar del sonido del bosque no tiene precio.
Y ahí está esperándonos, a ti que has decidido continuar conmigo y a mi que te acompaño con estas fotos.
El venerable y notable Roblón (Querqus petraea) con sus diecisiete metros de altura y sus quinientos años de edad, aunque no hay acuerdo sobre la misma, ya que hay quien dice que tiene ochocientos y hay quien dice que más. El caso es que es mas viejo que "Carracuca".
Algunos hongos amarillentos que le salen en la corteza, llaman la atención al destacar sobre el color grisáceo del tronco.
Y aunque la prohibición es expresa de no dejar residuos en la zona, los maleducados y guarros llegan a todas las partes, ¡hay que joderse!. Se ve que utilizan las escaleras que bordean al "abuelo" (así lo llaman los lugareños), para sentarse a tomar el bocata y luego dejan las bolsas y el aluminio allí mismo.
Mas de diez metros tiene de circunferencia en su base, con unas fuertes raíces que parece que salen de la tierra para mantenerlo erguido.
Aunque dependiendo de que lado se le mire parece que estuviese inclinado, siempre buscando la luz del sol para alimentarse.
Estuve un buen rato por allí disfrutando de su presencia y de su silencio, mirándolo y admirándolo, haciendo fotos de cerca y de lejos. Con un modelo así que no protesta y posa como solo él sabe hacerlo, había que aprovechar la ocasión.
Para volver hay que retroceder los últimos trescientos metros hasta la última tablilla y una vez en ella tomar hacia la izquierda siguiendo la indicación del aparcamiento, de esta forma tomamos la dirección para hacer la circular y no volver por el mismo lugar.
Los colores de las hayas ya comienzan a tomar el color que caracteriza el otoño, por lo que esta es una buena época para visitar la zona y adentrarse en el bosque...
... en el que veremos muchos árboles con líquenes, lo que da a entender que es un bosque con escasa o nula contaminación ya que los líquenes requieren de lugares puros.
Algún "primo hermano" del Roblón me voy encontrado en mi regreso...
...hasta que un arco de ramas y árboles me indican la puerta de salida de este bosque animado.
A partir de ahora serán la vistas de la Sierra las que acompañaran nuestro retorno...
...y los caballos sueltos que pastan tranquilamente levantando la cabeza de vez en cuando para mirar al intruso...
...pero eso si, siempre de dos en dos.
El puente de La Requejada con el embalse seco, se muestra erguido e impasible en la distancia y me indica que ya estamos cerca del final de la ruta, que ya por pista cómoda me lleva hasta el aparcamiento y es hora de volver con mis compañeros, para ver que tal les ha ido en su intento del llegar a la cumbre del Ves.
La Mi Dueña y otros cuatro mas se ve que acusaron el cansancio del día anterior que subieron al Pico Murcia (2.341 m.) y se volvieron desde el collado del Ves (2.067 m.) sin hacer cumbre. Enseguida regresó el resto de compañeros, comimos todos juntos y terminamos de pasar el día estupendamente.
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