Cada vez me gustan mas las quedadas de Instagram, así que el III AnIgersario de IgersBilbao, no podíamos perdérnoslo ya que es el momento de desvirtualizar a muchas de las personas que conoces y sigues en la red social de fotografía.
Había un programa completito y muy atractivo, aunque por ello tuvimos que madrugar un poco, para poder estar en Bilbao a las diez de la mañana, pero lo bien que lo pasamos valió la pena, ya lo creo.
Alberto Makusikusi, local manager de IgersBilbao se había afanado en preparar una buena y variada agenda para el día del aniversario, pero eso sí con un denominador común afotar mucho, cosa que en una localidad como Bilbao no es muy difícil, ya que casi cada rincón nos ofrece unas buenas instantáneas.
Comenzamos la mañana en el Gran Hotel Domine Bilbao by Silken, justo enfrente del Museo Guggenheim Bilbao con un estupendo desayuno gentileza del Gran Hotel Domine y con acceso a su terraza, desde la cual hay una vista estupenda del Guggenheim y como el día acompañaba era una autentica delicia.
Después de desayunar convenientemente y de recoger nuestra botella de Alzola Basque Water, nos esperaba el bus turístico de Bilbao, con Hermi la "Choferesa" al volante, para llevarnos por las calles de la villa, y conocer sus edificios mas emblemáticos. Parecíamos chiquillos con zapatos nuevos, rozando el cielo, los semáforos y las ramas de los árboles.
Cualquier momento es bueno para hacer la instantánea, como ésta de abajo aprovechando el hueco, que habiendo hueco... yo... ya... el Sagrado Corazón.
De camino a la Catedral del fútbol, nos detuvimos para fotografiar a la grúa mas famosa del mundo entero La Carola, una grúa jirafa de 60 metros de alta y que fue utilizada en la construcción de embarcaciones en los astilleros Euskalduna.
Cuenta la leyenda que su nombre Carola, se lo debe a una mujer de belleza sin par, que vivía en Deusto y cada día cruzaba la ría para ir al trabajo, paralizando a los obreros de los astilleros a su paso.
Al llegar a San Mamés, campo de fútbol del Athletic Club Bilbao, hubo una parada de una hora, para visitar los alrededores, ya que al interior no pudimos entrar al no tener previsto aún el Athletic visitas programadas de grupos.
Así que habrá que volver para ver por dentro el mejor edificio deportivo del mundo según World Architecture Festival 2015.
Así que después de darle la vuelta por afuera nos bajamos hasta la ría para ver esos barrios por los que parece que no pasa el tiempo y los reflejos que nos regala el sol y el agua.
La siguiente parada la hicimos en la antigua Alhóndiga, ahora Centro Azkuna desde marzo de este mismo año 2015, en recuerdo y reconocimiento a Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao desde 1999 hasta 2014 año en el que falleció y que fue el impulsor de este proyecto y del cambio al nuevo Bilbao.
Las cuarenta y tres columnas que hay en el interior, todas distintas entre sí y que simbolizar la infinidad de culturas, religiones, guerras y arquitecturas que ha habido a lo largo de historia del hombre. Su tenue luz hacen de este espacio en la planta baja un lugar ideal de descanso y de reunión de cuadrillas de amigos en los días de txirimiri.
Accedimos a su terraza solárium lugar que aprovechamos para dejar volar la imaginación y hacer las mas originales fotografías. Así que aquí vemos a los "cazadores cazados".
El estomago ya pedía guerra sonando cada dos por tres, pero del Centro Azkuna, fuimos caminando hasta la Aingeru Etxebaarria - Escuela de Cocina y Catering Service Bilbao donde María y Lexuri de La Manducateca, un nuevo espacio donde puedes encontrar productos artesanos de calidad sin ser una tienda delicatessen, nos tenían preparado un maridaje de quesos, cervezas, pan y postre todo ello artesano y con la ayuda de Ricardo experto en cervezas salimos de allí sabiendo un poco mas de quesos y de cerveza y apaciguamos la fiera.
Después de comer volvimos hasta el bus turístico para subir hasta el Monte de Artxanda, mirador natural del Gran Bilbao y el lugar elegido fue la "Huella Dactilar" escultura realizada en memoria de las víctimas de la guerra civil española.
Llegamos justo cuando se había puesto el sol y pudimos disfrutar de la hora azul, tan deseada por los amantes de la fotografía, viendo la ría como arteria principal de la villa, marcando perfectamente el lado izquierdo y derecho.
La bajada la hicimos en el centenario funicular de Artxanda, que es un tren cremallera que une Bilbao con el Monte Artxanda.
Aún seguimos juntos un rato mas de camino hacia la ría, momento que la mayoría aprovechamos para hacer la última foto del día, con los reflejos de las luces en el agua.
Llegó el momento de las despedidas y de volver para casa de nuevo con la sensación de haber pasado un día estupendo disfrutando de Bilbao, de sus gentes y de todos los que nos reunimos en torno a una afición común.
Nota.- Si tienes Instagram y quieres ver todas las fotos subidas de este día pincha en la etiqueta #AnIgersarioBilbao
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