Podemos decir que el primer Festival en Fuentidueña con la noche de Agua y Fuego, ha sido todo un éxito, tanto en organización como en asistencia de público, posiblemente por curiosidad para ver de que se trataba en algunos casos, pero el hecho es que salió todo muy bien, al menos visto desde fuera y como público.
10.000 velas iluminan Fuentidueña en la noche de agua y fuego, estratégicamente colocadas en calles, fachadas, ventanas, puertas, iglesias, haciendo nombres o figuras o simplemente marcando el recorrido de las calles.
Pero no todo era ver lo que había al meterse el sol por el horizonte, así que haciendo caso de que Fuentidueña está declarado Conjunto Histórico de Interés Cultural y de las recomendaciones de Lorena del blog La Ratona Viajera, natural de la villa, nos fuimos a primera hora de la tarde para poder ver y disfrutar del entorno.
Aparcamos junto al río Duratón en una zona habilitada para ello por la previsión del buen número de visitantes que iríamos y cerca del puente medieval que da acceso a la villa entrando por la carretera que va desde Aranda de Duero, para los que iban de la zona de Segovia y Valladolid, el aparcamiento habilitado estaba en la otra parte del pueblo.
Nuestra primera intención fue subir a la parte alta del pueblo donde se encuentra el bar restaurante El Mirador de los padres de nuestra compañera Lorena, para saludarla y echar una caña con ella.
Los buenos ventanales que hay en el local te permite tener una buena vista panorámica de la zona, pero estuvimos mas pendientes de ver como colocaban las velas en la calle de subida para poner el nombre de Fuentidueña y que se viera al encenderlas por la noche (el resultado se ve en la primera foto de esta entrada).
La visita a la iglesia románica de San Miguel es sin duda visita obligada, ya que es uno de las mejores iglesias de la provincia de Segovia con importantes capiteles y canecillos.
En el interior también podemos ver interesantes capiteles, amén de la luminosidad por lo que se puede apreciar muy bien las tallas con las que cuenta.
Subiendo en dirección al castillo y a las murallas de la parte mas alta (en Fuentidueña todo es subir o bajar) nos encontramos con un buen número de tumbas antropomorfas junto a los restos de la Iglesia de San Martín.
La desaparecida iglesia de San Martín de la que queda muy poco en pie, estaba declarada como Monumento Nacional, terminó su ábside en Nueva York en el Museo Metropolitano, vendido en este caso por el mismo Estado Español y llevado hasta allí piedra a piedra convenientemente numeradas.
Después regresamos por el camino de las bodegas, curiosamente ubicadas bajo tierra, donde se elabora el buen vino de la villa.
De nuevo en el centro de la villa nos dispusimos a callejear hacia la plaza y de paso afotar alguno de los lugares que ya estaba preparado con sus velas esperando el momento de dar luz en la noche.
En la plaza ya se encontraba el escenario donde mas tarde actuaria el grupo Sal Gorda y estaban preparando los "tenderetes" donde ofrecerían maridajes de vino y cava con unas tapitas delicatessen de Alimentos de Segovia.
Nos reunimos con nuestros compañeros Eva y Jose del blog Organizo tu viaje, que venían de Valladolid y que habiamos quedado para compartir mesa y mantel en el restaurante El Mirador y que Lorena ya nos había reservado poniendo el "cartelito".
Cenamos francamente bien el menú que tenían preparado con motivo de la noche de agua y fuego, que llevaba, sepia al ajillo con alioli, rabo de toro guisado con guarnición, ensalada con frutos secos, tarta de tiramisú con vienetta de café, para beber vino de Ribera del Duero y agua y café y el trato cordial que nos dispensaron, con unas vistas estupendas sobre la calle, que ya iba encendiendo las velas.
Cuando salimos de cenar la noche era profunda, con cielo muy estrellado y todas las calles y edificios llenos de velas, así que comenzamos por el que teníamos mas cerca que era el Palacio de los Condes de Montijo...
...perfectamente restaurado y que en la actualidad es una Posada Real.
Después enfilamos nuestros pasos hacia la plaza, donde se veían las ventanas que hay en la muralla iluminadas por las velas haciendo su forma.
La verdad es que vaya curro el llenar todo el pueblo de velas y sujetarlas y luego encenderlas y al día siguiente retirarlas. Trabajo en el que llevó la voz cantante la Asociación de Amigos de Fuentidueña.
Estuvimos un rato escuchando a Sal Gorda, que sonaban muy bien y que hacían versiones de otros artistas además de tocar sus propias creaciones, en un escenario que como no podía ser de otra forma estaba lleno de velas.
Eva y Jose, no desaprovecharon la ocasión para hacerse alguna que otra foto iluminando su cara.
Las calles estaban marcadas por el fuego, y era la única forma de ir de un lugar a otro, seguir el camino marcado y aún así era fácil despistarte, por lo que había que estar muy atento para no quedarte solo sin darte cuenta.
Nosotros tampoco desaprovechamos la ocasión para que Eva nos hiciese una foto junto a las velas.
Llegadas las doce y media de la noche comenzamos a bajar hacia la zona del río, pero antes una vista general de lo que se veía hacia abajo.
Conociendo el lugar se aprecian algunas calles, el puente medieval, la iglesia de Santa María, etc.
El grupo Batukones comenzó su espectáculo de calle titulado Latidos de Fuego, bajando desde la plaza de la Villa hasta la orilla del río Duratón, recorriendo las "iluminadas" calles a ritmo de percusión y seguidos por el público en general, donde terminaría el Primer Festival de Fuentidueña de Agua y Fuego.
En el vídeo un breve resumen de lo que vimos y como lo vimos a ritmo de batukada.
Bonita iniciativa y que seguramente el año que viene será mas y mejor.
Abilio me ha encantado el post y tu visión del pueblo!! Me alegro que los disfrutarais, fue un placer teneros por allí. Espero que repitais el próximo año!
ResponderEliminarNos vemos en otra!!
Bss
Hola Lorena, me alegro de que te haya gustado, está hecho desde el cariño, gracias al trato que nos diste.
ResponderEliminarCualquier día coincidimos.
Besos