Un año mas me he acercado hasta la provincia de Ávila para participar en la quinta edición de la Tuit Quedada Micológica y como siempre ha cubierto mis expectativas de organización y de buen rollo entre los asistentes de los cuales a algunos ya los conocía en persona y a otros les conocí a lo largo del fin de semana. Todo ha salido a pedir de boca.
En esta edición el apellido de "micológica" ha sido mas simbólico que otra cosa, porque la falta de lluvias generalizada ha hecho de que la recolecta de setas haya brillado por su ausencia, pero por contra la Tuit Quedada Micológica 2017 bate records y llega hasta los quince millones de impactos en twitter en beneficio del valle de Iruelas que nos acogió durante el fin de semana.
En esta ocasión me acompañó la Mi Dueña y llegamos a primera hora de la tarde noche a Navaluenga y al complejo de turismo rural el Cortijo de Gredos y Río Alberche, que era donde nos íbamos a alojar por gentileza de su propietario Rodrigo Martin.
El espacio es amplio, como para alojar a familias o cuadrillas de amigos, para lo que los alojamientos son ideales, con grandes salones y habitaciones de dos y de tres camas.
Los asistentes a la Tuit Quedada Micológica llegaban con cuenta gotas y se iban alojando en sus respectivas habitaciones que ya estaban reservadas y con el nombre de cada uno en la puerta como has podido ver en una foto de mas arriba.
Nos habían preparado un photocall con las empresas que colaboraban tanto en la Tuit Quedada como en la cena que nos esperaba, así que empezábamos bien.
A medida que se metía la noche el frío subía por momentos, aunque no fuimos conscientes de la fuerte helada que había caído hasta la mañana siguiente cuando tuvimos que rascar los parabrisas para poder coger los coches.
La cena digamos que fue consistente y preparada con un buen fuego para crear brasas y poder poner en la parrilla unas estupendas Morcillas de Sotillo, que estaban ricas... no, lo siguiente, además nos contaron la historia de estas morcillas y de la empresa familiar que las hace, para continuar unas hamburguesas de carne de ternera de Ávila, para seguir con una estupenda panceta con buena veta y de postre tarta de queso con una ligera capa de dulce de membrillo de Santa Teresa, todos los productos bajo el paraguas de Ávila Auténtica.
La verdad es que no se como pudimos dormir tan bien, después de la suculenta cena con la que nos obsequiaron, supongo que lo bueno que estaba todo y la comodidad de las camas amén del cansancio del viaje hizo que cayésemos rendidos en lo brazos de Morfeo.
La mañana salió soleada, aunque la fuerza del sol era débil después de la fuerte helada durante la noche, pero el puente románico de Navaluenga reflejado en el río Alberche , nos entretuvo un rato haciendo fotos antes de ir hasta la plaza Mayor, donde habíamos quedado junto a la puerta del Ayuntamiento para organizarnos e ir al monte a buscar setas.
La idea era hacer una ruta circular por el bosque mientras buscábamos setas, aunque en el rostro de los asistentes se veía la resignación de los sabedores de que iba a ser misión imposible.
Cuando aparecía una todos hacíamos un círculo en torno a ella como si hubiésemos encontrado un tesoro para observarla y escuchar las explicaciones de Antonio, el experto micólogo que nos acompañó durante todo el fin de semana.
También nos acompañó un técnico de la Casa del Parque del Valle de Iruelas que nos explicaba las singularidades del monte y de las formaciones de los "bolos" algo muy curioso y que podrás ver y escuchar si llegas al final y ves el vídeo.
La verdad es que a los que nos gusta mas hacer fotos que buscar setas, no se nos dio nada mal, ya que el día estaba estupendo de luz, la temperatura era muy buena para caminar...
...y la naturaleza nos regalaba algunos caprichos, como este terraplén, que deja una buena parte de las raíces al descubierto...
...o estas trenzas que escondían un árbol mas pequeño dentro de ellas.
Lo malo de que hubiese pocas setas es que todos hicimos las fotos a las mismas, así que todos los que publiquemos algo sobre esta jornada, pondremos distintas fotos, pero las mismas setas.
Ésta de la foto inferior me dijeron que era un níscalo blanco y que era comestible, pero que no se utilizaba para la cocina, por el fuerte picor que tenía, así que como a mi me gusta el picante le pegué un mordisco... la madre que la parió... como picaba, además en crescendo.
El valle se abrían ante nuestros ojos a medida que tomábamos altura por una cómoda pista, mientras los seteros iban por dentro del bosque.
Y llegó el momento de adentrarnos todos en el bosque campo a través.
Alguna seta pudimos ver pero de comestible nada de nada.
Un frente de helechos se puso en nuestro camino, que parecía la jungla, por el tamaño que tenían.
Llegamos a una zona donde se veían aún las terrazas construidas con piedras para poder utilizar el terreno para la labranza.
Desde luego tuvieron que trabajar mucho los paisanos para poder aprovechar el terreno, construyendo unos potentes muros de piedras para contener la ladera, que ahora está toda llena de pinos.
Dos "botones" aparecieron.
Llegamos a un lugar llamado la lobera, donde quedaban algunas casas en ruinas, por lo que se ve fueron abandonadas hace tiempo y sirvió el lugar para reagruparnos y hacernos una foto de familia todos juntos.
En este punto volvimos a retomar la pista que nos llevaría hasta los coches para regresar a Navaluenga, ya que se acercaba la hora de comer.
Nos debieron de ver cara de hambre o algo así, porque la cantidad de platos que nos sacaron para degustar y todos estupendos lo remataron con una chuleta de ternera de Ávila que se salia del plato, hasta el punto de que no fui capaz de terminármela y no creo que esté perdiendo facultades. Vamos, que si vuelvo por Navaluenga ya se que voy a ir a comer al restaurante Gema.
La tarde del sábado no había hecho nada mas que comenzar, aunque con esto del cambio de hora... anochece demasiado pronto, pero que mas da, si íbamos a una bodega para conocer el proyecto que tienen en la Bodega Garnacha Alto Alberche 7 Navas, visitamos la bodega y probamos su vino.
Después de pasar por los alojamientos para descansar un poco (cosa importante), nos esperaban en el Ayuntamiento de Navaluenga para conocer los proyectos tanto del pueblo como de las empresas del valle y de la Diputación de Ávila para esta zona.
Y si todo estaba saliendo a pedir de boca, por lo bien que se estaba desarrollando... cuando Ismael González ganador del concurso de cocineros de Castilla y León te prepara unas judías de la Moraña, te das cuenta de porqué ganó el concurso. Seguro que le va a ir genial en su proyecto del nuevo restaurante La Sede que va a abrir en Ávila.
Y después un plato de migas de cochinillo asado que nos prepararon los amigos de PorkyÁvila.
Y para pasarlo todo unos buenos vinos de la zona con Denominación de Origen Vino de Cebreros.
Del Ayuntamiento nos fuimos de nuevo a los alojamientos que se encontraban a las afueras de Navaluenga y junto al río.
Allí se formaron tres grupos, los que se fueron a dormir, los que se fueron a fotografiar las estrellas y los que nos quedamos charlando con unas fresquitas en la mano.
El desayuno como el día anterior lo hicimos con productos de primera siendo la pastelería Soles de Gredos quien puso la parte dulce. Había que coger fuerza para el día que teníamos por delante. Nos tocaba ir de museos.
El primero que visitamos fue el Museo de la Naturaleza Valle del Alberche en la localidad de El Barraco, donde un apasionado guía nos fue mostrando y explicando cada dependencia del mismo.
Para mi fue una agradable sorpresa descubrir este pequeño y coqueto museo de la Naturaleza donde disfruté como un chiquillo viendo animales que no ves habitualmente por su escasez o por ser huidizos, algunos de ellos disecados, pero viniendo de muertes por accidente o naturales y todos con su certificado.
Sin duda un museo totalmente recomendable para ir en familia.
Después nos trasladamos hasta Cebreros, pueblo natal de Adolfo Suárez donde le han dedicado un merecido museo lleva su nombre... Museo Adolfo Suárez y la Transición.
Aquí de nuevo aprovechamos para hacernos una foto todos juntos antes de entrar en el interior.
El museo está albergado en la vieja iglesia de Santiago del siglo XIV.
EL museo rinde homenaje a su hijo ilustre Adolfo Suárez, pero también al proceso de la transición española y a todas las personas que lo hicieron posible, donde conocer o recordar la historia de aquellos "complicados" años.
Algunos experimentaron como se viajaba en un 600 con toda la familia dentro.
Se pueden ver exposiciones fijas e itinerantes y además dejan hacer fotos.
Algunos de los sillones del Congreso de los Diputados se encuentran en el museo donde te puedes sentar y sentir en propias carnes lo incómodos que eran los condenados.
Nuestro compañero Pablo del blog Viaje con Pablo lo pudo comprobar.
Para la mañana del domingo la Diputación de Ávila nos había puesto un autobús para los desplazamientos entre los pueblos, así pudimos ir todos juntos y más cómodos.
De regreso en Navaluenga, nos fuimos a comer unas tapas a algunos de los bares de la localidad y en el bar Fede nos pusieron algunas tapas que llevaban setas en su elaboración.
Así que no cogimos setas pero si que las probamos. Menos es nada.
Y llega el momento mas triste de estos encuentros que son las despedidas, pero entre risas y sorteos de los productos que había...
...fue todo mas llevadero.
El caso es que hubo regalos para todos, así que todos contentos. Que mas se puede pedir.
Ahora te animo a que subas el volumen, le des al play y vivas un poquito de la Tuit Quedada Micológica, seguro que tu también querrás ir.
Y por supuesto antes de terminar este reportaje quiero agradecer al gran Dani @gredosdaniel por el amor que tiene a su tierra y que nos transmite a todos los que vamos a la Tuit Quedada Micológica para que lo difundamos en nuestras bitácoras y demos a conocer esa estupenda tierra que es Ávila.
Desde luego al año que viene me apunto otra vez. Siempre se aprende de los grandes.
Cuidado con la Muscaria, que tiene efectos alucinógenos!!! jajaja
ResponderEliminarSetas no encontraríais, pero lo que es poneros como el quico...jeje.
Un abrazo.
Hola Dani, jajaja, comestibles creo que solo encontramos un par de ellas, pero como dices, nos pusimos como el Quico, que manera de cebarnos, había que probar todos los productos que nos habían cedido con tanto cariño y estaba todo tan bueno que a ver quien decía que no.
ResponderEliminarUn abrazo