Cuando uno anda por la Costa da Morte en la provincia de A Coruña se hace imprescindible acercarse hasta el Concejo de Dumbría para disfrutar de la Cascada de Ézaro, un impresionante salto de agua del río Jallas que se desliza por el farallón rocoso para terminar en el propio Océano Atlántico, un hecho que la distingue de todas las demás cascadas.
Aunque tengo la sensación de que es un lugar muy visitado por su fácil y cómodo acceso, el día que estuvimos nosotros la verdad es que estábamos cuatro gatos, supongo que algo tuvo que ver esa neblina que no dejó de escupir agua en ningún momento, lo que le daba un plus de belleza que agradecimos.
Antes de seguir leyendo y viendo fotos te invito a que le des al play y veas el vídeo que hay a continuación, ah!!! y sube el volumen.
Con el coche se llega hasta un bonito y cuidado parque por donde se puede aparcar en sus alrededores y donde se encuentra una oficina de turismo que te dan información de toda la zona, así que se hace necesario que en el mismo día puedas visitar los alrededores.
Si te acercas al estuario que hace las veces de pequeño puerto, verás algunas de las embarcaciones que hay allí ancladas...
...y volviendo la vista hacia el fondo se ve entre los árboles el principal motivo de nuestra visita, ya que es la única cascada en Europa que desemboca en el mar, lo que la convierte en un hecho singular y por ello atractivo en si mismo, a eso añade la belleza del lugar.
Por el camino pasamos por delante del Museo y Centro de Interpretación de la Electricidad, al que no pudimos entrar porque se encontraba cerrado por la hora que era y un poco mas adelante pasamos por el lateral de la Central Hidroeléctrica de Castrelo, que hasta que no la dejamos atrás no volvemos a divisar nuestro objetivo.
Si, ahí sigue. A partir de este punto una pasarela de madera con barandillas nos va dirigiendo hasta el final de estuario natural que ha formado el Oceáno Atlántico para buscar al río Jallas en su caída y de esta forma amortiguarla...
...formando un bonito rincón para disfrutar de un verdadero capricho de la Naturaleza.
Al llegar al final de la pasarela, unas escaleras permiten a los mas atrevidos a bajar a las rocas que están en la misma orilla.
Extremando las precauciones, ya que al estar mojadas las rocas resbalaban un poquito pudimos acercarnos a la orilla del agua, donde vimos una serie de focos que se dirigían a la cascada, por lo que no es difícil imaginar que algunas noches la iluminan, lo cual tiene que tener una belleza añadida.
También pudimos aprovechar para hacer algunas fotos con reflejos en el agua, cosa que tanto a la Mi Dueña como a mi nos gusta mucho, los efectos suelen quedar muy agradecidos y aunque al no haber una luz muy viva que le da otro toque, nos trajimos nuestro #megapiquedecharcos.
En un momento que dejó de chispear aprovechamos para destaparnos la cabeza y hacernos un selfi para el recuerdo en este lugar único de la Costa da Morte en Galicia, conocido como la Cascada de Ézaro. Desde luego un sitio para visitar, por su singularidad y su belleza.
Se puede acceder a un mirador en la parte alta de la cascada a través de una muy empinada carretera y llegar a él después de dos o tres kilómetros de fuerte subida.
Nosotros teniendo en cuenta de que con la neblina, las vistas no iban a ser lo que "necesitábamos" para afotar decidimos no subir e irnos a un lugar cercano y también muy singular por contar con los Hórreos de Carnota y Lira los mas grandes de Galicia y que puedes ver también en nuestro blog, pinchando con el ratón sobre los nombre de los hórreos.
Que preciosidad!
ResponderEliminarUn placer estar de nuevo por estos mundos virtuales y contemplar tus trabajos.
Un abrazo.
Ramón
Hola Ramón, me alegro de que vuelvas a esta parte de la virtualidad, siempre es un placer recibirte.
ResponderEliminarUn abrazo