Cuando vas o vuelves de Madrid por la A-I al pasar por Gumiel de Izán, siempre llama la atención los "toneles" gigantes de las Bodegas Portia que se encuentran en la antigua carretera N-I y la pregunta siempre me asalta: ¿que habrá detrás?, pues bien la pregunta es de fácil respuesta, pero vas a tener que leer un poco más para saberlo.
El caso es que hace unas semanas se puso en contacto conmigo la agencia de marketing del vino Ya lo cato yo, a través de Jaime del Campo, para invitarme a participar en una visita a las Bodegas Portia, con cata y maridaje con unos platos estupendos y aún siendo un domingo, día de pasar en familia, decidí aceptar la invitación y descubrir las Bodegas Portia o como maridad un buen vino con la alta cocina.
Vaya por delante que la experiencia fue de lo mas gratificante. Allí nos reunimos unas cuantas personas, la mayoría especialistas en vino y otros pues... a nivel de usuario, pero todos con un interés común, descubrir "in situ" el trabajo y el vino de esta prestigiosa bodega que aunque tiene su origen en La Rioja Alavesa, se está abriendo un hueco en la Ribera del Duero y vaya hueco.
No pudimos comenzar la visita de mejor manera que catando un vino blanco en una terraza excelente, donde la temperatura era de lo mas agradable y el sol apretaba fuera. Todo ello mientras Gerardo Alonso, responsable de comunicación de la bodega, nos daba la bienvenida y nos contaba la historia y los proyectos de Portia.
¿Quién no no conoce la botella de Faustino, que lleva con nosotros toda la vida? con ella empezó todo.
Todo está en la tierra, en sus viñedos y una gran parte de ellos rodean la bodega, el resto se encuentran en localidades cercanas como Gumiel del Mercado, Roa y Villanueba, por lo que con estas mimbres de primera calidad confeccionan cestos buenos y resistentes.
Raúl Quemada, el enólogo de Portia, nos metió en vena el amor y la pasión por su trabajo, combinando la tradición con la innovación para conseguir unos vinos únicos.
En la bodega vamos viendo distintas obras de arte colocadas de forma estratégica, que no son otra cosa que la exposición del artista José Manuel Robles, titulada del Mar a las Estrellas, donde formas y colores toman su espacio a lo largo de la bodega, creando un ambiente de arte en el más amplio sentido de la palabra.
Para entender la obra arquitectónica creada por Sir Norman Foster, siendo la primera y única bodega construida por Foster hasta el momento, fuimos a ver la maqueta, donde se aprecia perfectamente la estrella de tres puntas o la flor con tres pétalos, con un sistema de descarga de la uva para que llegue en perfecto estado y por su propio peso.
El siguiente paso fue ver la sala de los toneles de acero inoxidable y ahí es donde descubrí que lo que se ve desde la autovía es un "atrezzo" que esconde la sala de los toneles.
A mi que me gustan los reflejos mas que a un niño un caramelo, aproveche para hacer la mejor foto que pude con el consiguiente reflejo en el suelo de una parte de los toneles.
Una nueva cata de vino nos esperaba directamente del tonel.
Dejamos la sala de los toneles de acero inoxidable para ir a visitar la sala de las barricas de roble, una enorme puerta doble comenzó a abrirse cuando Ana María Martín, responsable de las visitas, le dio al botón.
Todos con los móviles, cámaras y tablet preparados como si fuese a salir algo desde dentro al abrirse la puerta, pero no, fuimos nosotros los que entramos.
La sala es inmensa con un gran pasillo central.
Las barricas se encuentran colocadas unas encima de otras...
...separadas por unos soportes.
Otro momento irrepetible fue cuando Raul, sacó vino de uno de los barriles, para hacer una cata allí mismo el Portia Summa.
Pasamos por la sala de las botellas, donde descansan hasta ser enviadas a sus dueños, que las tienen allí en depósito, mucho mejor cuidadas y conservadas que en casa.
La forma de estar almacenadas las botellas y colocadas hasta su salida de la bodega, muestra el gran trabajo que lleva colocar de una en una en la manera de estar sujetas...
...en una sala enorme y donde se aprecia el diseño y la funcionalidad.
La escalera de acceso a la planta baja, totalmente simétrica, con una obra de José Manuel Robles en el descansillo es de una belleza pasmosa.
Terminada la visita propiamente dicho a la bodega, comienza la experiencia gastronómica en el Triennia Gastrobar.
Tengo que decir (yo tampoco lo sabía) que está abierto al público en general y no solo para las visitas a la bodega, por lo que en un viaje puedes parar a tomar un café, un vino o a comer y mucho mejor que en una gasolinera, donde va a parar... una bodega de prestigio con una oferta que no te dejará mal sabor de boca.
Nosotros inauguramos la terraza de verano para comer en ella, donde Germán el cocinero del Triennia Gastrobar, nos fue sorprendiendo con sus propuestas en el menú de verano, aunque también se puede comer comida tradicional.
Comenzamos la experiencia gastronómica con un gazpacho con manzana aromatizada en remolacha y brotes frescos, que todos agradecimos para refrescar un poco, además de estar buenísimo.
Corte de foie caramelizado con pera y piñones.
Láminas de gambas, vieira impregnada y emulsión de sésamo y wakame.
Empanadilla de buey y salsa brava thai.
Bacalao crocante, pasta fresca aliñada con toque de encurtidos. He de decir que yo soy más de carne y que todo estaba muy bueno, pero este bacalao... quitaba el sentido.
Tarrina de pato rustida, polvo de Kiko y vegetales salteados.
Corte de praliné, migas dulces y helado de leche, fue el postre.
Todo ello maridado con los mejores vinos de la bodega.
Portia Verdejo, Portia Roble, Portia Crianza, Portia Prima y Portia Triennia.
Todo un lujo para los sentidos y las papilas gustativas y olfativas, todo en un ambiente relajado y distendido en la terraza del Triennia Gastrobar.
Llegó el momento de la despedida, pero antes había que dejar constancia para el recuerdo con la foto de familia en la puerta de la bodega.
Sin duda alguna ahora que se que se puede parar a tomar algo o a comer sin la necesidad de ver la bodega, que te puede llevar mas tiempo, lo haré en mas de una ocasión.
Un alto en el camino mejor hacerlo en un lugar acogedor, lleno de arte y con una oferta gastronómica digna de los mejores restaurantes reconocidos.
Amplia toda la información que necesites en la web de Bodegas Portia.
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