Hoy te vamos a enseñar uno de esos lugares con encanto y mucha magia, que sobrecogen cuando atraviesas sus muros y andas entre las columnas de su claustro, un lugar que está resurgiendo de sus ruinas para ser referencia y ejemplo de la colaboración popular bajo la denominación de Salvemos Rioseco. Me estoy refiriendo al Monasterio de Santa María de Rioseco, que estuvo habitado por monjes blancos de la Orden del Císter.
El acceso es fácil y se encuentra junto a la carretera que nos introduce al Valle de Manzanedo desde la localidad de Incinillas, con el sonido de fondo del río Ebro y dentro de la mancomunidad El Ebro Escondido formada por los valles de Valdivielso, Manzanedo y Zamanzas.
Nos acercamos a visitarlo una vez mas en una tarde gris amenazante de lluvia, que nos permitió caminar entre sus piedras en completa soledad. Sin duda Santa María de Rioseco, no te deja indiferente.
Sube el volumen y dale al play para ver y escuchar el vídeo.
A pie de carretera hay un pequeño espacio donde apenas caben media docena de coches, donde un letrero indica la dirección a seguir, en este caso ya andando por un camino con una leve cuesta y que enseguida te deja ver la tapia del monasterio o lo que queda de él.
Pero hubo un tiempo en el que el monasterio tuvo un gran esplendor y para darse cuenta de ello no hay nada más que ver las dimensiones de su construcción y que en la actual ubicación data del año 1.236 y que llegó a tener unas cien personas habitando en él, de las cuales veinticinco eran monjes y el resto hasta los cien, eran novicios, conversos y criados.
Fue a comienzos del siglo XIX cuando empezó el abandono del monasterio, con la guerra de la Independencia y los monjes tuvieron que marchar del lugar hasta el año 1.814 y después de varias idas y venidas con la desamortización de Mendizábal en el año 1.835 fue el final del monasterio, aunque la iglesia seguía utilizándose y de echo a mediados de los años sesenta del siglo pasado se celebró la última boda.
Puestos en antecedentes de la importancia del lugar y que puedes ampliar toda la información visitando la web del Monasterio de Santa María de Rioseco, vamos a recorres sus dependencias.
Nosotros como ya habrás oído en el vídeo vamos de vez en cuando a hacerle una visita y ver la evolución que va teniendo con el trabajo que llevan a cabo los voluntarios que cada temporada se dedican a limpiar y restaurar el monasterio y desde luego que se nota y mucho.
El monasterio se puede visitar durante todo el año de forma libre y gratuita, además en las temporadas de Semana Santa y Verano se llevan a cabo visitas guiadas por los voluntario y también gratuitas, con el fin de dar a conocer la historia del monasterio y todo el trabajo que se está llevando a cabo en su restauración.
Tienes toda la información sobre las visitas, mail y teléfono de contacto pinchando aquí.
La puerta se encuentra abierta y accedemos a la iglesia del monasterio que ha sido el último recinto en ser usado, como he dicho mas arriba, celebrándose la última boda a mediados de los años sesenta.
La soledad con la que visitamos el monasterio y donde solo se oía el sonido de nuestros pasos nos llegó a sobrecoger (la verdad es que siempre que hemos ido, hemos estado solos), procuramos evitar los días en los que pueda haber mucha gente para sentir y oír lo que nos quieran contar los muros que aún quedan en pie.
Hay placas e inscripciones y tumbas en una de las naves de la iglesia.
Y una cara que te mira fijamente con los ojos y la boca abierta.
De la iglesia salimos al claustro donde prácticamente solo quedan los arcos, ideal para ver las estrellas en una noche despejada.
No es que se esté cayendo, sencillamente me salió la fotografía torcida, pero quería ponerla. En los distintos espacios se cuenta con paneles informativos.
Por la escalera de caracol se accede a la parte alta del claustro. Hay que subir y bajar con cuidado y a ser posible con una linterna.
Por alguna ventana se ve la iglesia desde arriba.
Bajando de nuevo al claustro, pasamos por el claustro de la hospedería, para llegar has la entrada principal por la parte de adentro, donde vemos el "trabajo" que ha hecho durante años la hiedra.
No lo había dicho, pero si, aquí también hubo hospedería para alojar a los viajeros y hospital para cuidar a los enfermos pobres.
Nos vamos hacía el huerto, donde podemos ver una de las imágenes mas conocidas del monasterio, la espadaña de si iglesia destacando sobre los arcos del claustro.
No solo tenían huerto, también tenían horno y por supuesto ganado en los prados y bosques colindantes al monasterio y que según el Catastro del Marqués de la Ensenada ascendían a doscientos carneros, setenta cabras, treinta y un chivos, doce cerdos y dieciséis vacas.
Después de haber estado un buen rato disfrutando de éste mágico lugar, volvimos hacia el claustro para acceder a la salida, que es la misma que la entrada.
Nos vamos con la certeza de que en un tiempo volveremos a pasar por aquí para ver como sigue el desarrollo de la restauración por parte de voluntariado Salvemos Rioseco, que por cierto ha recibido recientemente el Premio Popular Valores por Encima del Valor otorgado por la Fundación Caja Rural de Burgos, así que doblemente enhorabuena, por la labor realizada y por el reconocimiento que supone este premio y que deseo sea acicate para seguir adelante.
Como puedes ver eran unas instalaciones enormes. ¿Lo veremos así de nuevo?.
No he pretendido contar su historia, si no solo dártelo a conocer si aún no lo conocías y animarte a visitarlo si alguna vez vas por el norte de Burgos, para lo que te dejo el mapa de su ubicación. Estoy seguro que si vas con tranquilidad sentirás la magia del monasterio y de su entorno, ten en cuenta que está en el valle de Manzanedo, uno de los tres valles que componen El Ebro Escondido, con mucha historia, arte y belleza natural que clama por ser descubierto.
...desde luego que uno se queda "con los ojos y boca abierta".
ResponderEliminarEstupenda serie...precioso, pese a su ruina, este Monasterio.
Un abrazo.
Ramón
Magnifico reportaje que me ha hecho rememorar la visita que hicimos hace dos años años a Las Merindades y que ese día completamos con la visita a Crespos y su magnifica iglesia románica y al lado del Monasterio con el despoblado de San Marín el Rojo y sus enigmáticas figuras en el atrio de entrada de su iglesia.
ResponderEliminarHola Ramón, sin duda este monasterio tiene algo que atrae, no se si su historia o su estado ruinoso o el afán de recuperación o todo junto, pero es una pasada.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Arturo, desde luego no pudisteis elegir mejor para completar la visita a Santa María de Rioseco, pero hay tanto que descubrir en El Ebro Escondido que tendrás que volver.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo conozco y tiene un encanto especial, me alegro por su reconstrucción
ResponderEliminarHola Merche, desde luego que tiene un encanto especial y quienes lo conocemos lo sabemos y lo sentimos. Estoy convencido de lo que van a conseguir. Tanto tesón ha de tener su recompensa.
ResponderEliminarBesos