Apenas ciento cincuenta kilómetros separa Briviesca de Santander, por lo que acercarse hasta la ciudad cántabra es bastante fácil a pesar de los puertos del Escudo o de los Tornos, depende por donde elijas ir, así que decidimos ir a pasar la tarde a la península de la Magadalena, un precioso parque público que en su día regaló la ciudad de Santander al rey Alfonso XIII.
Lo mejor es dejar el vehículo en el aparcamiento libre que hay en la vecina playa de El Camello, ya que la Magdalena es toda peatonal y solo circula un pequeño tren turístico que en media hora realiza el recorrido por la península.
La primera parte parte del paseo lo realizamos en el lugar en el que se encuentran algunos animales marinos como los pingüinos, simpáticos siempre...
...las focas y los leones marinos. Un buen lugar para que disfruten los mas pequeños de la familia y pegadito al mar, por lo que cuando viene "animada" hay que tener cuidado si no quieres ir bañado a casa.
Seguimos nuestro recorrido hasta el Muelle de las Carabelas donde nos encontramos con la sirena mirando al mar, junto a las carabelas del marino Vital Alsar que utilizó para distintas expediciones.
Pero antes de utilizar las carabelas se aventuró con esta balsa llegando desde Ecuador hasta Australia con ella.
En lo mas alto de la península se encuentra el Palacio de la Magdalena, actual sede de la Universidad Internacional Menendez Pelayo.
Fue construido en el año 1912 y pagado por suscripción popular para regalarse al rey Alfonso XIII y que utilizaron para el veraneo hasta el año 1930.
Actualmente es propiedad del Ayuntamiento de la ciudad, junto con el resto de la península tras llegar a un acuerdo con el abuelo del actual rey y fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en el año ochenta y dos del siglo pasado.
Si hay algo que une Briviesca y Santander es la figura de Félix Rodriguez de la Fuente que tiene una estatua dedicada de los niños de Cantabria en la península y como no podia ser de otro modo acompañado de un lobo.
Y decía lo de la unión, porque el padre de Félix era notario y vivía en la calle Mayor de Briviesca cuando cambió de destino para ir a Santander, dejando Félix en Briviesca amigos de adolescencia, juegos y pasión por las aves.
Seguimos descendiendo para llegar a la playa de la Magdalena encontrándose en la bahía de Santander, teniendo enfrente las playas de Somo.
Salimos de la Magdalena y caminamos por el paso marítimo hacia la playa del Sardinero y enseguida nos encontramos frente al paseo con el Gran Casino del Sardinero, un edificio que llama la atención por su extraordinario porte.
Se me viene a la cabeza que en su exterior se rodaron algunas escenas de Airbag, una de las películas mas taquilleras de España.
Desde luego no nos vamos de Santander sin hacer una visita a los Raqueros, ya metiéndose la noche, pero su historia, leyenda o lo que sea, bien vale un alto, ya lo creo.
En el siglo XIX y principios del XX, frecuentaban el puerto de Santander unos mozalbetes que se bañaban desnudos en el puerto y sobrevivían de lo que sacaban del mar, convirtiéndose en una atracción para los viandantes y pasajeros de los barcos, que les tiraban unas monedas al mar para que las sacaran buceando.
Posiblemente el nombre de Raqueros les venga de la castellanización de raquers por parte de los pasajeros ingleses, ya que parece que también realizaban pequeños hurtos en los barcos que realizaban el trayecto de Inglaterra a Santander.
Hoy es un grupo escultórico el que recuerda a estos chavales que ven pasar los barcos desde el borde del muelle.
De regreso a casa recordamos la buena tarde que pasamos en una de las partes mas bonitas de la ciudad de Santander: la península de la Magdalena.
El año pasado tuve la oportunidad de visitar el lugar, es realmente como lo muestras...Precioso y digno de visitar.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por compartirlo
Gracias Isabel, lo he mostrado tal y como dimos el paseo y me alegro de que te guste tanto el reportaje como el lugar que es como muy bien dices precioso.
ResponderEliminarBesos
Desde Santander te dice uno que lo has descrito perfectamente. Te lo dice uno que vive aquí y que vivio muchos años en Briviesca. Soy Sibilio, un saludo Abi
ResponderEliminarHola Sibilio, me alegro de que te guste. Cuento lo que veo y lo muestro en fotos, unas veces mas acierto que otras, pero como todo en la vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Tu reportaje me ha invitado a darme una vuelta por lo más bonito de Santander que tuve la suerte de conocer hace un año.
ResponderEliminarTu narración y esas fotos... pero ¡que fotos! invitan al disfrute y a la serenidad. Ha sido un placer. Contado por tí es todavía más hermoso.
Gracias, gracias, gracias MIL.
Un abrazo inmenso.
Hola Petri, me alegra tanto de que ta haya traído bonitos recuerdos de Santander.
ResponderEliminarEl abrazo podremos dárnoslo un día de éstos.
Besos