El embalse de Sobrón como nunca lo has visto

Acercarse en estos días hasta el valle de Tobalina, es ver el embalse de Sobrón como nunca lo has visto y el motivo no es otro que el desembalse de agua por parte de la empresa propietaria para trabajar en las compuertas de la presa y que desde el año 1.991 no se veía una imagen similar en el que también desembalsaron el agua.

La imagen de la carretera vieja que unía Miranda de Ebro con Trespaderne o el canal que llevaba el agua desde 1.905 hasta la central hidroeléctrica de Puentelarra, quedan totalmente al descubierto.

Nosotros decidimos no perdernos el espectáculo ya que este desfiladero que discurre a lo largo del embalse de Sobrón, siempre es digno de visita, pero en esta ocasión mas ya que es algo extraordinario y que en esta ocasión durará hasta el día 9 de octubre, en el que se prevé que terminen los trabajos.

Nuestra primera parada fue en el embarcadero que se ha construido junto al cruce de San Martín de Don y que puedes leer donde hablo de él en la entrada que hice en su día en el blog bajo el título de Embalse de Sobrón y su nuevo embarcadero.

En estos momentos sigue sin barco y además sin agua, como puede verse en estas fotos. El monte Humión al fondo.

Nuestra siguiente parada fue en el puente que atraviesa el Ebro para ir a Tobalinilla y Orbañanos, donde descubrimos el viejo canal que se escondía bajo las aguas del embalse.

Los troncos que salían a la superficie dejaban hacer algunas fotos muy resultonas con los reflejos.

Algunos pescadores estaban metidos en el agua con una especie de barcas individuales, tratando de llevarse algo a la cesta. Yo no se si comería algo pescado ahí, teniendo en cuenta que la central nuclear de Santa María de Garoña se halla muy cerca aguas arriba.

Hacia el otro lado, dejaba ver unas edificaciones que en su día fueron una fonda que había en el cruce, con sus cuadras y demás y la carretera vieja, que nos llamaba para ir por ella andando.

En el puente el mal olor se hacía patente pero al bajar a la orilla del agua y caminar por la antigua carretera de Miranda de Ebro, el hedor se hacía insufrible, que contrastaba con la belleza del lugar.

La descomposición de los mejillones cebra que habían quedado al descubierto eran la causa. Era sencillamente impresionante la cantidad de ellos que hay, nunca había llegado a imaginar tal cantidad. Estaban apiñados en cualquier lugar sólido, piedras, palos, ramas, muros...

El mejillón cebra es un molusco de agua dulce y una de las especies invasoras mas dañinas del mundo y que se detectó en el embalse de Sobrón en el año 2.006.

La actual carretera circula paralela a la antigua, pero unos metros mas arriba y en la siguiente foto vemos dos túneles uno de cada una de las carreteras.

El otoño ya comenzaba a hacer acto de presencia en algunos árboles adelantándose de esta forma a la fecha oficial y dejando estampas muy bellas. En unos días seguro que estará precioso.

El paso entre las provincias de Burgos y Álava se hace en varias ocasiones a lo largo del desfiladero y la presa se encuentra en la localidad alavesa de Sobrón de donde toma el nombre todo el embalse.

Cuando terminamos de andar y las dos carreteras parecían unirse nos dimos la vuelta por el mismo sitio, no era cuestión de volver por una carretera con muy buen firme, pero estrecha, con muchas curvas y sin arcén.

En la otra orilla vimos una pasarela, que daba la sensación de que unía dos partes del bosque, posiblemente utilizada por los cazadores, aunque desconozco si actualmente se usa.

De nuevo los reflejos, los colores y el agua me permiten hacer una composición algo abstracta, pero que a mi me gusta.

Nuestra última parada la hicimos a pie de la presa y de nuevo tuvimos otro regalo visual con los montes que están en la parte de Burgos y que tan buenos recuerdos me trajeron de cuando andaba por ellos.

La verdad es que esperábamos encontrar el embalse con menos agua, pero aún así pasamos una mañana estupenda, descubriendo algunos de los secretos que el Ebro guarda bajo sus aguas.