Estando en la provincia de Soria por la zona de El Burgo de Osma, hay un lugar de obligada visita, tanto por la arquitectura popular como por su historia y me refiero a Calatañazor, donde Almanzor perdió su tambor.
Desde allí se puede acceder al espacio natural del Sabinar de Calatañazor o al monumento natural de la Fuentona de Muriel, ambos lugares de un valor ecológico de primera magnitud.
Llegamos a las afueras de Calatañazor, donde hay habilitados un par de aparcamientos para dejar los coches y desde donde se ven las murallas de la localidad en lo alto de una enorme roca.
En cuanto se comienza a subir, por la calle principal uno es consciente de la importancia de la arquitectura popular y de lo bien conservada que está en algunos casos.
En una de las plazas hay levantada una imagen en recuerdo de Muhammad Ibn Abi Amir, conocido como Almanzor, en recuerdo de la batalla del año 1002.
Curiosas son las formas que tienen las chimeneas de las casas en forma de cono.
En la plaza Mayor encontramos los restos fósiles de una palmera y son conocidos como la Piedra del Abanico. Supongo que no hay que decir porque viendo la foto.
Junto a la Piedra del Abanico se encuentra el Rollo bajomedieval, lugar en el que los nobles ejercían su poder.
Desde la plaza mayor se accede por unas escaleras al los restos del castillo del siglo XIV y XV.
Desde allí se ven algunos de los tejados y su chimeneas y destacando por encima la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Castillo.
La torre del homenaje, conserva la silleria de las esquinas, siendo el resto de la construcción de mampostería.
Por el lado contrario al pueblo se puede ver una enorme roca que sirve de resguardo y mas a la derecha (no se ve en la foto) el Valle de la Sangre, donde según la leyenda sucedió la batalla de Calatañazor donde fue derrotado Almanzor.
Volvimos sobre nuestros pasos por la calle Principal, no sin antes echar un ojo en las tiendas de recuerdos y de refrescarnos con una buena cerveza con limón.
Una última mirada antes de meternos en el coche nos deja un horizonte en diagonal con toda la muralla del pueblo.
El aspecto medieval y su marcado estilo defensivo con las murallas y su castillo, nos dejan buen sabor de boca, salvo la cantidad de coches que había en la zona de la plaza que al subir y bajar, incordiaban un poco a los que íbamos andando.
Teniendo los aparcamientos extramuros, no entiendo que se entre en el pueblo en coche, salvo que sean personas con movilidad reducida.
Otro pueblo precioso, gracias por mostrarnoslo! :)
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La verdad es que si es un pueblo precioso, La Travelera
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