De nuevo en un hayedo trasmocho, debido al aprovechamiento sostenible de las ramas para leña y hacer carbón vegetal, nos encontramos en el hayedo de Presazelai en el término municipal de Otxandio, muy cerca de Mekoleta y Gordobil.
La facilidad de su acceso ya que está a pie de carretera y su acondicionamiento como área recreativa, con mesas y asadores, hace que sea un lugar idóneo para pasar el día en familia.
Volviendo del Parque Natural de Gorbea de visitar el hayedo de Otzarreta y el humedal de Saldropo, no podíamos dejar de desviarnos unos kilómetros para ver este hayedo con hayas en forma de candelabros.
En los hayedos no es fácil ver otra clase de árboles, ya que toda la luz se la llevan las hayas por su formar de las ramas y de las hojas, necesitando mucha humedad y sol.
Algunos troncos tenían inquilinos, que salían a la superficie, que de buen seguro los micólogos saben de que tipo se trata y estaría bien que nos ilustrasen, ya que no tengo ni idea.
Bancos y mesas están repartidos por todo el hayedo, para poder disponer de sitio para comer lo que cada uno se lleve en la tartera.
Desde este lugar salen diferentes rutas de senderismo de escasa dificultad, como dar una vuelta por el área recreativa o subir hasta la nevera de Astikurutz, por la calzada empedrada de Mekoleta y regresar por el río Urkiola.
Como todos los hayedos en el otoño tienen un color especial y aunque hace unos días que estuvimos, aún estará dando los últimos coletazos y en cualquier caso el suelo estará cubierto de una alfombra dorada de hojas.
Tuvimos la suerte de estar completamente solos paseando y disfrutando del lugar, que nos pareció mágico, con la forma de los árboles y los tímidos rayos de sol que se colaban entre las ramas.
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