La provincia de Granada no tiene desperdicio la mires por donde la mires, pero si hay una comarca que destaca y que se encuentra a los pies del techo de la península, el pico Mulhacen (3.479 m.) dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada y que es de obligada visita esa no es otra que la Alpujarra.
Así que vamos conociendo la Alpujarra granadina comenzando por el pueblo de Pampaneira dentro del Barranco de Poqueira, declarado Conjunto Histórico Artístico.
En estos lugares turísticos lo mejor es dejar el vehículo en los aparcamientos habilitados para tal fin generalmente a la entrada de los pueblos y luego moverse andando. En el caso de Pampaneira esta es la única opción, ya que si sigues leyendo y viendo las fotos descubrirás por ti mismo la razón.
Lo primero que hicimos fue entrar en la oficina de turismo para informarnos de todas las posibilidades para visitar en la comarca en general y en el pueblo en particular. Nos atendieron muy bien y pudimos ver un pequeño museo etnográfico que allí mismo tienen.
Luego... solo era callejear, por sus estrechas calles, donde corre el agua por su parte central en algunas de ellas y en otras encontramos unos soportales que unen ambas manos de la calle conocidos como tinaos.
Cualquier lugar es bueno para un asador y una terraza a la sombra, no hay que olvidar la estupenda gastronomía popular de la zona dedicada a la chacinería del porcino.
Los lavaderos árabes, situados bajo la fuente del Cerrillo y con buenas vistas sobre el pueblo, ya que se encuentra en el barrio alto, pueden considerarse sin lugar a duda las redes sociales de la época.
Los tinaos se suceden a lo largo de varias calles, que en verano sirven para dar sombra y en invierno para el cobijo.
La artesanía que ya viene desde tiempo de los moriscos y que cobra especial interés en la confección de tejidos. Con la llegada del turismo se han instalado talleres de orfebrería y de cerámica, pero se lleva la palma la venta de Jarapas (tejidos confeccionados con telas de desecho y de colores llamativos) entre los turistas.
No seré yo quien te diga que bebas agua de la Fuente de San Antonio, pero te transcribo lo que escrito está en ella y tu verás...
No digas de este agua no beberé
pues esta fuente que aquí ves
es fuente de la virtud
y tiene tal magnitud
que a beber su agua invita
la confirmó un devoto
que feligrés qué de esta Iglesia.
Y soltero que la bebe con intención de casarse
¡no falla! pues al instante ...
novia tiene ¡yá lo vés!
Nosotros como ya íbamos emparejados optamos por tomarnos unas cervezas y unas tapitas en una de sus terrazas buscando sol y sombra y disfrutar de un poco de tranquilidad.
La distinción entre el barrio bajo donde residían los agricultores y el barrio alto donde lo hacían los pastores, sus casas de piedra y pintadas con cal, sus tejados completamente planos, sus calles estrechas y "retorcidas", no solo no te dejan indiferente, si no que te cautivan.
Hace un par de años recorrimos toda esa comarca y nos encantó, disfurtad de la zona .Un beso.ANA
ResponderEliminarMuchas gracias Ana, desde luego es una zona espectacular, son fotos de archivo, ya hace unos meses que estuvimos.
ResponderEliminarBesos
El año pasado visitamos la zona y nos gusto, como para repetir.
ResponderEliminarMuchas gracias Francesc, por tu comentario, sin duda es una zona para repetir.
ResponderEliminarUn abrazo