Hacía mucho tiempo que no me acercaba hasta la Ermita de la Soledad en plena Sierra de la Demanda, justo en la raya entre Burgos y La Rioja, pero perteneciente al término municipal de Canales de la Sierra. Un lugar que o conoces el sitio o no llegas ni por casualidad, pero bien vale la pena, por la tranquilidad y por el entorno, en medio de un bosque en el que predomina la haya y el roble.
Parece ser según reza en el cartel que hay en la puerta de la ermita que su construcción data del siglo XVIII y está realizada en mampostería y sillarejo, pero... vamos a darnos un paseo por sus alrededores.
Antes de seguir adelante, dale al play del vídeo para que te hagas una idea de lo que vamos a ver, de forma cómoda.
Para llegar hasta la Ermita de la Soledad, se va por la carretera, que une las localidades de Salas de los Infantes (Burgos) y Nájera (La Rioja) y que pasa bordeando el embalse de Mansilla.
Yo fuí desde Salas, así que al poco de entrar en la comunidad de La Rioja, encontramos un cruce, que a la derecha indica Huerta de Arriba y a la izquierda no indica nada, pues esa es la pista que hay que tomar. La pista deja ver a lo largo de su recorrido un viejo asfalto muy deteriorado, pero que ha medida que vamos tomando altura, nos regala unas bonitas vistas y con el color del otoño... ya ni te cuento.
La pista está asfaltada hasta la misma ermita, a partir de allí sigue la pista de tierra. Hay que tener mucho cuidado al circular por ella, ya que a lo largo de la misma solo cabe un vehículo, con lo que si uno se encuentra con alguien de frente hay que realizar el cruce con sumo cuidado y posiblemente haya que buscar algún hueco en la cuneta.
A la izquierda de la ermita sale un camino por el que se puede entrar con el coche unos metros hasta llegar a una zona de recreo con mesas y bancos de piedra y algún asador, aunque no sea el mejor lugar para hacer fuego, de hecho está prohibido durante una buena parte del año para evitar los incendios.
Lo que si que me encontré junto al río de la Soledad en las zonas umbrías una buena capa de "pintura" blanca debido a la helada de la noche anterior. Se respiraba frescor.
Los robles ya estaban luciendo sus colores ocres en el proceso del otoño a un lado del camino...
...mientra que cruzando el puente de madera con mucho cuidado, ya que resbalaba a base de bien, sobre el río de la Soledad, nos adentramos en un pequeño pero coqueto hayedo.
Las amanitas muscarias me dieron la bienvenida, estaban ideales para hacerlas una foto, así que cuerpo a tierra y clic clac.
Un camino amplio amplio se abre delante mío entre unas hayas que van pasando del ocre al amarillo y que unos metros mas adelante me vuelven a llevar a la orilla del río...
...aunque la verdad es que agua... llevaba poca, muy poca. Son muchos meses sin llover, así que era fácil cruzarle de una orilla a la otra sin necesidad de utilizar el puente.
Retomando el camino convertido en sendero que continua desde la zona de recreo, me encuentro con muchos rastros de jabalíes de haber estado escarbando con el hocico en busca de las raíces.
La verdad es que al ver tanta huella y muchas de ellas frescas a lo largo del sendero entre el río y el bosque de roble, tenía la esperanza de encontrarme con algún jabalí, al estar completamente solo y en silencio, pero no hubo suerte.
En esta zona hay varias posibilidades para hacer senderismo, pudiendo subir hasta la Cruz de la Demanda, o al collado del Gatón, por citar solo dos montes, aunque bien es verdad que por la otra vertiente de la sierra entrando por Ezcaray se puede subir subir hasta la Cruz de la Demanda en coche, que si la memoria no me falla, hace ya varios años terminó allí una etapa de la vuelta ciclista a España.
Sobre la Ermita de la Soledad he de decir que el último fin de semana de agosto se celebra una romería que está datada en el año 1577 y que la realizaba la cofradía "Esclavos de la Virgen de la Soledad". Los cofrades subían andando con capas negras confeccionadas de lana merina durante la noche portando velas encendidas y permanecían en la ermita hasta que al día siguiente llegaba el resto de la gente del pueblo.
Una mañana bonita disfrutando de la Naturaleza en su máxima expresión con su paleta de colores otoñales.
Hace seis años publiqué también en el blog sobre este lugar bajo el título de Ermita de la Soledad en Canales de la Sierra.
Un lugar precioso y lleno de tranquilida. Bpnito reportaje, Abilio!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Jordi, desde luego tranquilidad y soledad, haciendo honor al nombre de la ermita.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola Abi! Preciosa ermita y precioso enclave. Maravilla de colores otoñales. Precioso lugar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego que sí Emilio y casi siempre en soledad.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias gracias x los ratos q nos haces pasar
ResponderEliminarDe nada Anónimo, un placer
ResponderEliminarHola Abilio.
ResponderEliminarUn lugar que parece muy interesante. Subimos a Galicia en la furgo en navidad y a lo mejor pasamos por tu zona.
Un abrazo
Hola Jose, gracias por el comentario, si pasais por aquí avisais que os podré decir algunos lugares que pueden gustaros.
ResponderEliminarUn abrazo