Ruta de las Pasarelas en el desfiladero de los Hocinos

Hoy nos vamos a dar un paseo por la Ruta de las Pasarelas en el desfiladero de los Hocinos al norte de la provincia de Burgos, entre los valles de Manzanedo y de Valdivielso, siguiendo el Camino Natural del Ebro que llega desde su nacimiento en Fontibre, hasta su desembocadura en el Delta del Ebro, conocido como el GR-99, pero solo vamos a hacer un trocito desde el conocido Puente del Aire.

En el Puente del Aire, hay una pequeña area de descanso con mesas y bancos de piedra, donde podemos aparcar el coche y desde ahí comienza nuestra ruta aguas arriba, así que si te animas... verás un rico bosque de ribera, con encinas, enebros, madroños, acebos o robles entre otros árboles.

Antes de seguir adelante te invito a que veas el vídeo que hemos preparado sobre el recorrido.

Sin duda alguna la primera foto antes de comenzar a caminar se hace obligatoria desde la orilla del río Ebro con el enorme único ojo que tiene el puente por el que cruza la carretera N-232, que une el mar Cantábrico y el mar Mediterráneo entre las localidades de Santander en Cantabria y de Vinaroz en Castellón.

Enseguida vemos unas flechas de madera que indican tres direcciones a seguir con las distintas longitudes. Los colores rojo y blanco, indican el Gran Recorrido (GR-99) en ambas direcciones y el amarillo y blanco indica un Pequeño Recorrido (PR-Bu 186) que nos sube a la sierra para pasar por las Ruinas de San Cristobal y llegar a Valdenoceda, que yendo por la carretera, hay apenas dos kilómetros.

Antes de darnos cuenta llegamos a la Fuente de Marfil, la verdad es que desconozco de donde la viene el nombre, pero es el lugar en el que se recoge el agua de varios arroyos que bajan de la sierra de Tudanca.

También desconozco si en la actualidad da algún servicio esta instalación, pero rompe totalmente con el entorno.

Para salvar las aguas recogidas en la fuente se ha habilitado, una pasarela metálica que permite cruzar de forma cómoda y continuar el sendero.

El caminar por la orilla del río se hace agradable y prácticamente no está transitada por senderistas, rara es la vez que te encuentras con alguien, por lo que te permite disfrutar del sonido de la naturaleza, en todas sus musicalidades.

A lo largo del recorrido son muchas las veces que caminas justo al lado del río, por lo que éste te regala reflejos en sus zonas tranquilas, aunque el día no estaba especialmente luminoso, ya que el cielo estaba cubierto.

Otras veces el sendero te separa del río unos metros y te introduce dentro de un bosque de robles y muchas enredaderas. Cuando florezca la primavera estará de lo mas bonito.

Hay trozos en los que el Ebro tiene menos profundidad, pero lleva mas corriente de agua y permanecer en su orilla escuchando su sonido hace que te evadas. Te sientes en el paraíso.

Llegamos a una primera pasarela metálica muy corta, sujeta a la roca perpendicular al agua por la que pasamos en volandas por encima del río, librando de esta forma esta pared que nos impedía continuar. Luego llegamos a unas escaleras que nos sube a un pequeño balcón o mirador, que la verdad, no nos resultó atractivo estar allí asomados, pero es paso obligado para continuar adelante.

Y llegamos a la segunda pasarela, que como la anterior tiene una escalera para acceder a ella y poder salvar el obstáculo que nos encontramos. Ésto o pasar nadando...

Aquí si que tenemos un buen balcón, sobre el Ebro, con la carretera N-232 de Santander a Vinaroz en la otra orilla, atravesando el desfiladero de los Hocinos. Por cierto un tramo de carretera muy angosto y con bastantes curvas, pero muy bonita, entre las localidades de Incinillas y Valdenoceda.

Aquí desde luego estuvimos un buen rato disfrutando del entorno y haciendo unas cuantas fotos.

El regreso lo hacemos por el mismo sendero salvo que tengas quien vaya a buscarte a otro punto de encuentro y de esa forma haces el recorrido lineal. Nosotros como no teníamos quien nos fuese a buscar, nos dimos la vuelta desde la pasarela y nos fuimos por donde habíamos venido.

El recorrido desde el Puente del Aire hasta la segunda pasarela es muy corto y cómodo, para cualquiera que esté acostumbrado a andar... un paseo. Eso si hay que tener en cuenta que cruzar las pasarelas puede dar vértigo a las personas que sufran de él, que aunque no tienen mucha altura, pero al ser el piso de reja cuadriculada se ve el agua bajo los pies. De darse esta circunstancia se puede esperar a que regresen los compañeros.

Un recorrido de lo mas recomendable en la comarca de las Merindades, que como decía al principio uno los valles de Manzanedo y de Valdivielso.

Para facilitarte la llegada a este lugar, te dejo el mapa.