El Chorrón de Cabrejas del Pinar lo pillamos siendo chorrito

En esta ocasión nos fuimos a conocer un lugar en la provincia de Soria, del que habíamos oído hablar mucho y como en días anteriores había llovido de lo lindo, supusimos que pillaríamos algo de agua manando de la surgencia pero no fue así, se ve que no tocaba en esta ocasión acertar con las fechas y a el Chorrón de Cabrejas del Pinar lo pillamos chorrito.

Aún a pesar de que no bajaba la extraordinaria cola de caballo de en torno a los doscientos metros de longitud, el color verde intenso del musgo y las gradas que hay a lo largo de la cascada ya merecieron la pena el llegarse hasta Cabrejas del Pinar en la provincia de Soria.

Para llegarse hasta el Chorrón es de lo más sencillo, llegando hasta Cabrejas y cruzando el pueblo, hay que seguir el indicador de el Chorrón y tras pasar junto a una fuente de origen romano continuar por la pista de tierra hasta llegar a un pequeño aparcamiento a orillas del camino, junto a la laguna en la que desemboca el caudal que baja de la surgencia.

Si eres de los que te gusta andar un poco, puedes dejar el coche en el pueblo y acercarte andando dando un paseo tranquilamente, total solo hay medio kilometro desde Cabrejas del Pinar hasta el Chorrón.

Una vez en la laguna la mejor forma de acceder hasta la surgencia de agua es por la derecha de la cascada, o sea a tu izquierda según la miras.

Además al poco de comenzar a subir han habilitado unas escaleras hechas con tierra y troncos para facilitar el ascenso que es un poco empinado.

También encontramos un cartel indicador de que la distancia a Cabrejas del Pinar es de 500 metros por si hubiera duda con lo que os dije antes.

Si así es bonita de ver, con agua tiene que ser la leche y desde luego que volveremos para ver el lugar en su máximo esplendor, afinando mejor en las fechas y en las lluvias.

Desde la orilla de la laguna se ve perfectamente todo el graderío cubierto de musgo con algunos pinos intercalados. 

Y en una panorámica más amplia, vemos parte de la laguna (no es muy grande) y se aprecia el graderío por el que baja el agua por entre los pinos.

Pasamos por el entorno un buen rato de una mañana soleada y solitaria en un lugar que nos ha gustado y que como decimos más arriba, amenazamos con volver para verla con agua, así que ya puede llover lo suficiente, como tiene que ser.