Lobera de Monte de Santiago y Salto del Nervión

Miramos por la ventana y estaba lloviendo, suave pero llovía, entonces se nos vino a los dos el Salto del Nervión a la cabeza,

-seguro que tiene agua, dijimos con lo que lleva caído.

-Es una buena oportunidad para verlo con agua.

Desayunamos rápidamente y nos enfilamos tras atravesar el desfiladero de Pancorbo por la carretera de Bilbao, hasta llegar al alto del puerto de Orduña donde se encuentra el Monumento Natural del Monte de Santiago, un hayedo precioso y en el que se encuentra uno de los saltos de agua con mas desnivel de la Península. En torno a los 300 m.

Seguía lloviendo, así que cambiamos los planes y en lugar de dejar el coche en la carretera y entrar andando desde allí, metimos el coche al aparcamiento interior desde el que solo nos separaban 3 km. de nuestro objetivo.

Nos pusimos los ponchos y cogimos un paraguas, que a causa del viento no utilizamos nada mas que para salvaguardar la cámara de fotos, cosa que tampoco conseguimos, ya que con el viento era imposible.

Antes de llegar al salto, a escasos doscientos metros, se encuentra una lobera restaurada y que no se utiliza desde 1.955. Aprovechando de que no había nadie nos paramos a hacer unas fotos y poder mostrarlas sin gente, cosa tan difícil como ver el salto del Nervión con agua.

La lobera consiste en dos muros de piedra de gran longitud, en este caso de casi 500 m. y que convergen en un foso al que hacen caer al lobo para cazarlo.

Aprovechamos la puesta en escena que hay con muñecos de cartón piedra para ver como se desarrollaba este hecho.

Los paisanos van haciendo ruido para asustar al lobo y enfilarle dentro de los muros, que se van juntando como un embudo...

...vamos avanzando hacia el final de la lobera, hasta ponernos delante del lobo, que nos mira fijamente sin dejar de correr.

Le damos un pequeño quiebro para que pase de largo y no nos arrolle en su huida, viéndole precipitarse al foso...

...en el que los paisanos le darán muerte antes de sacarlo.

En este lugar había muchos lobos que competían con los hombres en el "cuidado" del ganado.

Continuamos andando y seguíamos estando solos, se ve que la lluvia había retrasado las visitas y nos acercamos hasta el mirador del "salto" abrimos el paraguas y nos pusimos a grabar el hilito de agua que bajaba. El viento no nos dejaba tranquilos y el paraguas nos sirvió de poco.

Y ahora ya sabéis, parar el sonido de la música, subir el volumen de los altavoces y dejaros llevar por uno de los saltos de agua con mayor desnivel de España.

Una vez conseguido nuestro objetivo, nos dimos la vuelta y ya empezaba a llegar la gente ataviada de buenos chubasqueros con la misma intención que teniamos nosotros: disfrutar del Salto del Nervión.