Ubaba, Pared del Capellán o Balcón de Pilatos

Nos quedamos que  íbamos a comer el bocadillo al Mirador del Capellán, conocido popularmente como Balcón de Pilatos y en la zona es llamado el Mirador de Ubaba (boca de agua). Desde este lugar se puede ver todo el valle de Amescoa Baja por donde discurre alegre y saltarin el río Urederra. El espectáculo que se "disfruta" desde esta atalaya es indescriptible, un verdadero anfiteatro rocoso de 924 metros de altitud.

En el antiguo límite del Parque Natural de Urbasa, se encuentra un pequeño aparcamiento donde dejamos la "furgo". El viento nos daba con rachas fuertes, así que nos pusimos los cortavientos y hacia adelante.

 Primero pasamos por una especie de refugio echo de palos y que nos llamó la atención.

Y después de andar un poco nos encontramos con una alambrada que impedía al ganado acercarse al cortado. Nosotros saltamos esta alambrada por un lugar medianamente habilitado, para poder ver de cerca la paleta de colores que nos mostraba el otoño en todo su esplendor, bajo este farallón.

La niebla le daba mas magia al lugar si cabe , como si quisiera jugar con nosotros tratando de bajar el telón y ocultarnos tan maravilloso espectáculo.

Mientras tanto la colonia de buitres revoloteaba sobre nuestras cabezas. No estarían pensando en que nos íbamos a caer, que estos pájaros son muy mal pensados y conmigo iban a tener un buen manjar y abundante.

Cuanto mas nos acercábamos mejor se apreciaban los colores del valle. Imaginábamos que escondido entre los árboles culebreaba el Urederra, objetivo para la tarde.

Siempre hay que meterse pro algún recoveco para sacar las fotos y que se vea bien lo que pretendes mostrar. Justo debajo a 713 metros sale de la roca  sale de las entrañas de la tierra el río que baña todo el valle de Amescoa  Baja.

Levantado la vista se puede ver todo el valle con los distintos pueblos que lo componen y la niebla seguía haciendo acto de presencia, aunque bien es verdad que en la corta distancia nos respetó dejandonos disfrutar de este mirador natural y de su entorno.

Volviendo para el aparcamiento comentabamos cuan distinto es el paisaje dentro de la misma Urbasa. Hacia una horas habíamos estado en el hayedo encantado y ahora practicamente era un lugar  desolador, no exento de belleza, en la parte alta, con hayas esparcidas y  formas sinuosas y casi secas.

El frío había hecho su presencia, con lo que tuvimos que echar mano de los guantes hasta llegar al coche. Bajamos el puerto hasta Baquedano donde han habilitado un aparcamiento en la entrada del pueblo y por el módico precio de 2 € puedes aparcar para iniciar el recorrido por la orilla del río hasta su nacimiento o hasta donde llegues, jejeje. Pero ésto ya es otra historia.