Si te animas a seguirnos por tierras gallegas, hoy subimos hasta el monte de Santa Tecla en la localidad pontevedresa de La Guardia (A Guarda en gallego) donde vamos a visitar el castro galaico fundamentalmente, ya que aunque las vistas desde los miradores del monte son excelentes la bruma que había no nos dejó disfrutar de todo su esplendor, pero si, algo vimos.
La subida se hace desde el mismo pueblo de La Guardía que está muy bien señalizado para subir en coche o andando (la mejor opción si te gusta andar y dispones de tiempo), de hecho es muy utilizado el camino por lugareños para hacer deporte y pasear.
Una vez arriba es irremediable buscar la desembocadura del río Miño que separa o une (según el punto de vista) España y Portugal y aunque la bruma no nos dejaba ver con claridad se nos antoja un paisaje estupendo en el país vecino.
Un poco mas adelante el Miño entra en el océano Atlántico. Hasta este punto le separan 350 kilómetros de distancia, siendo el río mas caudaloso de Galicia.
Como hacia un poco de "biruji" y aún estaba cerrado todo, aunque lo que mas nos interesaba era el museo, nos bajamos por el camino del via crucis hasta el castro de Santa Tecla, que por lo menos lleva allí 2.000 años, ahí es nada.
Aunque primero vimos en la distancia unas excavaciones que están realizando en una de las laderas del monte que dan al río Miño.
El castro de Santa Tecla como se le conoce popularmente es sin duda el mas visitado de todos los castros gallegos, en ello también influye el lugar estratégico en el que está situado, al resguardo del propio monte y con buenas vistas para el tema defensivo.
Declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1.931 y posteriormente también fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Un par de cabañas reconstruidas nos indican como vivían en ellas, siendo unas construcciones de forma redonda hechas de piedra unida con barro y el tejado de paja o hierba, por el que salia el humo del fuego que se hacia en el centro de la vivienda, que servia para dar luz y calor.
Los inquilinos dormían en una especie de hamacas colgadas de las paredes o encima de bancos de piedra.
Una muralla delimita el poblado con el exterior, que posiblemente hiciese las funciones de defensa, ante los enemigos o incluso ante los animales salvajes.
El caso es que a lo largo del tiempo desde su descubrimiento este castro ha sufrido distintas situaciones, como el abandono, la construcción de la nueva carretera (se encuentra junto a ella) la repoblación del monte.
Actualmente está dentro de un plan director de la Xunta para la protección de todo el monte de Santa Tecla.
Y aunque el lugar es de fácil acceso ya que se encuentra junto a la carretera, la visita al castro debe de ser respetuosa y no salirse de lo que está marcado, con el fin de alargar la vida del yacimiento. También se pueden realizar visitas guiadas a través de la oficina de turismo o del punto de información turística situado en el propio monte de Santa Tecla.
Ahora si te apetece ver el vídeo, sube el volumen y dale al play.
A ver si en sucesivas visitas a Galicia conseguimos ver un día despejado en Santa Tecla, que también es mala suerte que dos veces que hemos ido, dos veces con neblina.
Estupendo reportaje.-
ResponderEliminarDesde luego el monte de Santa Tecla, tiene algo especial desde hace miles de años
ResponderEliminarMuchas gracias Enrique, celebro de que te guste.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Manuel, ya lo puedes decir, sin duda el monte de Santa Tecla es uno de los lugares con "magia" de Galicia y que bien vale una visita.
ResponderEliminarSaludos