En una visita a la ciudad de Burgos, hay varios lugares imprescindibles a los que ir a conocer si o si. Pues bien en el siguiente reportaje te hablamos de uno de estos lugares que tienes que meter en tu agenda en tu viaje a la ciudad del Cid. Se trata de una visita a la Cartuja de Miraflores en Burgos.
La Cartuja de Miraflores se encuentra a las afueras de la ciudad, en el entorno del Parque de Fuentes Blancas, de camino al Monasterio de San Pedro de Cardeña, otro de los imprescindibles aunque ya no está dentro del término de Burgos, sino en el de Castrillo del Val.
El Monasterio que te voy a enseñar fue fundado en el año 1442 por el rey Juan II de Castilla y León y en su interior vamos a ver unas cuantas obras de arte nada más cruzar su puerta, que voy a tratar de mostrarte aquí, para que te hagas una idea.
Antes de seguir adelante te diré que el precio de la entrada es la voluntad, aunque si que puedes colaborar adquiriendo algunos de los objetos que tienen los monjes a la venta. Posiblemente lo más demandado sean los rosarios realizados con pétalos de rosas por los propios cartujos.
Te dejo enlace a su web para que tengas toda la información sobre horarios y demás. Pincha aquí.
Junto a la puerta de entrada al templo, encontramos una estatua de San Bruno, sacerdote alemán que fundó la Orden de los Cartujos, allá por el año 1086.
Los cartujos viven en un ambiente de austeridad y completa clausura, basada en la oración, trabajo, estudio y silencio. El nombre de cartuja viene del macizo francés Chartreuse, lugar en el que San Bruno fundó su primer monasterio cartujo.
Pues una vez situados vamos al lío. Nos encontramos en la puerta principal de la iglesia, donde vemos a la Virgen con su hijo muerto, en brazos y los escudos de armas reales de Castilla y León y el del rey Juan II.
En la foto inferior vemos con más detalle ambos escudos sujetados por sendos leones y la imagen de la Virgen con su hijo en brazos.
La iglesia está dividida en varias partes que puede uno ver desde el atrio a través de la puerta por la que accedemos a la Estancia de los fieles.
Una vez en la Estancia de los fieles, una reja de hierro, nos marca la siguiente parte de la iglesia pero antes de continuar, miramos a lo alto...
...y empezamos a ver las imponentes vidrieras que se trajeron desde Flandes en el año 1484, con distintas escenas.
Un total de 13 vidrieras forman la colección llegada desde Flandes y que no se colocaron hasta el año 1488 en que Simón de Colonia terminó la construcción de las bóvedas.
En la siguiente dependencia nos encontramos con el Coro de los Hermanos, tallado en madera de nogal en el año 1558 por el cántabro Simón de Bueras.
Detalle de otra de las vidrieras que iremos viendo a lo largo de la iglesia a derecha e izquierda. No se te olvide de ir levantando la vista de vez en cuando para no perderte ninguna de las trece vidrieras.
Antes de traspasar la siguiente puerta vemos un par de altares barrocos en su márgenes, del siglo XVII en madera dorada creados por Policarpo de Lanestosa.
Sobre la puerta vemos la inscripción de Feliz Puerta del Cielo y sobre ella la imagen tallada de la Inmaculada, obra de Bernardo de Elcarreta.
Cruzada esta puerta nos adentramos al Coro de los padres tallado en madera de nogal y tenemos la visión de lo que para mi es la joya de la corona, el Retablo gótico de finales del siglo XV y el Panteón Real dónde se encuentran enterrados los padres de Isabel la Católica.
Ambas obras realizadas por Gil de Siloé.
El Panteón Real está trabajado sobre alabastro de Guadalajara y está lleno de detalles y filigranas en el que te quedarías horas y horas mirándolo y observándole.
Como he adelantado antes, en el Panteón Real se encuentran enterrados los padres de la reina Isabel la Católica, o sea el rey Juan II (fundador de la Cartuja de Miraflores) y su esposa Isabel de Portugal.
En la foto inferior vemos el detalle de uno de los lados.
Sobre el panteón se encuentra el Retablo gótico, creación como ya dije antes de Gil de Siloé y una variedad en el detalle, que te llevará un buen rato poder ver todas y cada una de las imágenes, que en este caso no están distribuidas por cuerpos y calles.
Está realizado en madera de nogal dorada y policromada por Diego de la Cruz con la técnica brocado aplicado, muy costosa y de difícil ejecución.
Vista de la iglesia desde las escaleras del altar.
Desde las escaleras del altar vemos un poco mejor la arriba del panteón y observamos su forma de estrella de ocho puntas.
Detalle de las ropas de la reina Isabel de Portugal.
En el muro del Evangelio se encuentra el sepulcro del infante Alfonso de Castilla, hijo de Juan II e Isabel de Portugal y por tanto hermano de Isabel la Católica.
La obra de este sepulcro también es de Gil de Siloé.
A partir de aquí entraremos en las capillas laterales por las que iremos pasando de una a otra en dirección a la salida del templo.
Dichas capillas laterales que se encuentran en la parte norte han sido renovadas para albergar un pequeño museo temático, por lo que en la primera de ellas y más grande alberga una exposición de obras que antes se encontraban guardadas en la clausura, entre las que destaca la Anunciación de Pedro Berrugete.
Veremos también otra serie de obras como cálices...
... o casullas.
En la siguiente capilla vemos las pinturas murales del siglo XVII, que tras su restauración lucen con todo su colorido y belleza.
Esta capilla está dedicada a Nuestra Señora de Miraflores.
En la bóveda de la capilla vemos la Coronación de la Virgen, como imagen central.
En la tercera y última capilla podemos ver un audiovisual y una selección de manuscritos e incunables, además de libros de la propia biblioteca de la Cartuja.
Salimos por la puerta de entrada de la iglesia y nos recuerdan de nuevo que debemos de guardar silencio.
Antes de abandonar la Cartuja de Miraflores accedemos desde la galería al un pequeño jardín con estanque y peces, desde dónde se ven algunas de las gárgolas del templo.
Y por último y junto al jardín visitamos la capilla del fundador de la Orden de los Cartujos, San Bruno.
Una obra escultórica de San Bruno llevada a cabo por el escultor Manuel Pereira del siglo XVII preside la capilla.
De esta forma terminamos nuestra visita a la Cartuja de Miraflores, un referente en la ciudad de Burgos y que en un viaje a la ciudad no deberías dejar de visitar, junto con el Monasterio de las Huelgas, el Monasterio de San Pedro de Cardeña, muy próximo a la Cartuja, el Museo de la Evolución Humana y la Catedral entre otros muchos lugares que aunque menos conocidos no dejaran de sorprenderte, como el Castillo, la iglesia de San Nicolás de Bari, junto a la Catedral, la iglesia de San Esteban, actualmente Museo del Retablo, la iglesia de San Gil, el Arco de Santa María, o el Museo de Burgos.
Precioso lugar, lo visite hace casi treinta años, me ha traído muy buenos recuerdos.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir.
Hola Jose Carlos, me alegra saber que te ha hecho recordar buenos momentos este reportaje sobre la Cartuja de Miraflores en Burgos.
ResponderEliminarSaludos
Este monasterio es un regalo para la vista. Y los chicos de la entrada te cuentan un montón de anécdotas. Si vuelves a ir pideles si te hacen el favor de ver el trasaltar es precioso. No esta en la visita normal pero merece la pena
ResponderEliminarMuchas gracias Sheila por tu comentario y tendré en cuenta lo del trasaltar para próxima visita a la Cartuja.
ResponderEliminarSaludos