Pasar un fin de semana en los Pirineos, no tiene porqué llevar exclusivamente montaña y más montaña y eso que es lo que más puede llamar la atención, pero el arte y la historia también están ligadas al terreno y que se hace necesario conocer para tener una visión completa del terreno que pisas, así que te vamos a enseñar el Monasterio de San Pedro de Siresa, una joya en el Valle de Hecho.
Siresa es una pequeña localidad perteneciente al Valle de Hecho, en la provincia de Huesca, junto a la vía romana que pasa a Francia por el puerto de Palo. Solo hay que continuar hasta la Selva de Oza y un poco más allá cruzar los Pirineos, eso sí vete preparado para darte una buen paliza. En cualquier caso tienes un buen número de rutas de montaña a cual más bonita.
Pero nosotros nos vamos a quedar a ver esta joya de la corona del Valle de Hecho y para ello elegimos la opción de visita guiada (también se puede visitar por libre). De todos los horarios y precios te puedes informar en la Oficina de Turismo del Valle de Hecho.
Cuando llegas a Siresa lo primero que te llama la atención es lo grande que es y como se alza majestuoso por encima del caserio del pueblo, con lo que te invita a parar si o si. Pero si lo ves grande por fuera, cuando entras la sensación de grandeza crece por momentos.
Parece ser que todo comenzó en el siglo IX con un monasterio en honor a San Pedro cuya imagen preside el altar mayor.
En los últimos trabajos de restauración apareció el Cristo de la foto inferior, una talla gótica del siglo XIII en madera policromada.
En la visita éramos solo 8 personas y Gema era nuestra guía, una persona del valle con voz suave que conseguía que todos estuviésemos muy atentos a sus explicaciones con su forma de contarlo. Muy recomendable la visita guiada.
Las grandes dimensiones de la actual iglesia de Siresa, se hacen patentes al mirar hacia la bóveda que hay sobre la zona del altar, que llama la atención que está completamente desnuda, con la única imagen del San Pedro y sus llaves del cielo, que hemos visto en una foto anterior.
Si nos damos la vuelta y miramos hacia la zona del coro, nos ocurre lo mismo, vemos la desnudez de sus paredes, pero la grandeza de sus dimensiones.
La iglesia de Siresa está declarada Monumento Nacional desde 1931, lo que le ha valido para que se lleven a cabo distintas fases de restauración a lo largo de estos años.
En el año 2002 es declarada Bien de Interés Cultural.
Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, estuvo estudiando en este monasterio y confirmó los privilegios del monasterio en el año 1113. Años más tarde comenzó la decadencia del monasterio al unirse a la diócesis de Jaca en el año 1145.
Se puede subir al coro, eso sí, hay unas cuantas escaleras estrechas y no son accesibles. La perspectiva desde arriba es impresionante. Las paredes desnudas del templo no requieren ser vestidas.
Una de las personas que venían en la visita debía de ser "cantanta" ya que se arrancó a dar unas notas con su voz para comprobar la acústica. Estuvo bien.
La visita al interior del templo termina al bajar del coro, pero continua por fuera, así que fuimos a ver un Crismón que había sobre una de las puertas que en la actualidad se encuentra cerrada...
... y allí Gema nos invitó a sentarnos en los poyos que había a ambos lados de la puerta, para contarnos una de las leyendas que circulan sobre el lugar, además de ser también uno de los lugares donde se dice que se encontró el Santo Grial, pero esta leyenda nada tiene que ver con ello, el caso es que nos concentramos tanto en la historia que al terminar pegamos todos un salto para ver si estábamos sentados sobre la huella de la culebra... y no digo más. Tendrás que ir a Siresa para oír en boca de Gema dicha leyenda.
Bordeamos la iglesia para terminar nuestro recorrido en el horno comunitario de pan que se encuentra en la parte trasera del templo y que después de una adecuada restauración se muestra a los visitantes.
La furnera era la encargada de mantener el horno y de cocer el pan que le entregaban los vecinos a cambio de un pequeña cantidad de pan.
Aquí entenderemos la importancia del horno de pan comunitario y de su mantenimiento para la subsistencia de los vecinos con unas duras condiciones climatológicas en el valle para el cultivo del cereal y por tanto de la obtención de la harina.
Con la visita al horno comunitario de pan termina la visita guiada, que como he dicho más arriba es totalmente recomendable a pesar de que la iglesia se puede visitar por libre, por un módico precio que se paga en la entrada.
Puedes ampliar información sobre el Monasterio Iglesia de San Pedro de Siresa en la Oficina de Turismo del Valle de Hecho, en la Wikipedia y en Arteguías.
Magnífica tu publicación, gracias por compartir.
ResponderEliminarFeliz mes de septiembre
Una linda entrada, aquí estoy se regreso despues de mucho tiempo de ausencia, fue un placer visitarte. UN ABRAZO FELIZ SEMANA.
ResponderEliminarHola Trini, muchas gracias por tu comentario. Los Pirineos aparte de montañas que tienen y muchas, también cuentan con mucho arte e historia.
ResponderEliminarFeliz Septiembre. Besos
Hola Gladys cuanto tiempo... un besote y feliz semana
ResponderEliminarGracias a tu reportaje hemos podido verla por dentro. Estuvimos en Abril/Mayo del año pasado y por más que llamamos al teléfono de contacto no hubo manera de que nos atendieran. Te todas las manera su impresionante arquitectura y el entorno del Valle, bien merecieron la pena.
ResponderEliminarGracias.
Hola Arturo, nosotros estuvimos en abril de este año e hicimos la visita a través de Turismo de Hecho, pero como bien dices el entorno ya vale la pena.
ResponderEliminarSaludos
Como siempre bello reportaje fotografico con explicaciones que animan a conocer el lugar. Muchas gracias .
ResponderEliminarMuchas gracias por lo que me toca, todo el valle de Hecho es una maravilla, tanto en arte, en historia y en Naturaleza y el Monasterio de San Pedro de Siresa es una buena muestra de ello.
ResponderEliminarSaludos