En una visita para pasar unos días por la Sierra de Francia, hay que dedicar un día en Miranda del Castañar, si o si, para mí el pueblo más pintoresco de la zona y más auténtico, eso si, buenas cuestas si que tienen algunas de sus calles pero es lo que tiene mantener y conservar el pueblo tal y como es. Así que nos vamos a dar un paseo por sus calles y vamos a disfrutar de uno de las localidades que te dejarán huella y además, es uno de los Pueblos más Bonitos de España y su casco histórico está declarado como Conjunto Histórico Artístico y es Bien de Interés Cultural.
Supongo que no hace falta decir que la Sierra de Francia se encuentra en el sur de la provincia de Salamanca, en Castilla y León y España pero por si acaso... ya está dicho, por lo que Miranda del Castañar ya está ubicada geográficamente, así que vamos al lío.
Al llegar a Miranda del Castañar encontramos un aparcamiento de coches antes de llegar al casco histórico y no hay que decir que lo mejor y casi la única posibilidad es dejar aquí el vehículo y andar los cien metros que lo separan de la Oficina de Turismo donde pedir la información necesaria para recorrer el pueblo.
Un poco más adelante llegamos a la plaza que se encuentra a los pies del Castillo de los Zúñiga o de los Condes de Miranda del Castañar, siendo uno de los mejores conservados de la provincia.
El castillo original es del siglo XII y el actual se construyó doscientos años después sobre los restos del anterior.
Pero ojo, la plaza no es otra que la propia plaza de toros, el lugar en el que se celebran los festejos taurinos, estando los toriles debajo del castillo y los burladeros a lo largo de dos de los cuatro lados de la plaza, siendo ésta el antiguo patio de armas del castillo y está considerada como la plaza de toros cuadrada más antigua de España.
Seguimos por la Puerta de San Ginés que es la puerta principal de entrada al casco antiguo de Miranda, atravesando la muralla muy bien conservada a lo largo de sus seiscientos metros de longitud que rodea todo el casco histórico. La puerta fue mandada reformar por don Pedro de Zúñiga a finales del siglo XV.
En cuanto entramos al casco histórico nos encontramos la plaza de San Ginés y con una arquitectura popular muy típica de la zona, con edificios en los que se ven las vigas de madera en los muros exteriores construidos sobre bases de piedra.
Seguimos caminando por la calle Derecha y nos detenemos a cada paso para mirar y admirar todos los detalles de sus construcciones tan bien conservadas.
Porque a decir verdad no encontramos a lo largo de nuestro recorrido un edificio (salvo el castillo) que destaque especialmente, sobre el resto, pero es todo el conjunto el que te deja con la boca abierta.
La calle Derecha o calle Larga, es una joyita siendo la calle que atraviesa la villa desde la Puerta de San Ginés hasta la Puerta de Nuestra Señora.
Es la columna vertebral de la localidad, donde encontramos casas más señoriales y palacios con escudos. Era la calle preferida por los nobles y hoy es la preferida por los turistas y viajeros.
A media calle, más o menos nos acercamos a la plaza de la iglesia que se encuentra a nuestra izquierda en el recorrido y lo primero que nos encontramos es con la Torre de las Campanas, construida con sillería de granito. No conserva ninguna campana original y está separada de la iglesia parroquial que se encuentra enfrente.
La Iglesia de Santiago y San Ginés, a la que no pudimos acceder para verla por dentro al encontrarse cerrada y que nos dijeron que a veces la habrían y otras veces no. A nosotros nos tocó el día de que no por lo que se ve.
Es un templo que se comenzó a construir en el siglo XIV y cuenta en su interior con tres naves y es la parte del pórtico la más antigua que se conserva.
Seguimos disfrutando de rincones muy coquetos...
...y continuamos nuestro recorrido para llegar al final del casco histórico entre plantas y flores, así que es de lo más agradable.
Llegamos a la Puerta de Nuestra Señora y al otro lado, ya tenemos la calle de la Cerca hacia la izquierda y la calle del Arrabal hacia la derecha. Nosotros tomamos esta última calle (nos gustaba más el nombre) y acertamos.
Por la calle del Arrabal nos fuimos encontrando con rincones de lo más pintorescos y como ya decía al principio con alguna que otra cuesta, que de momento nosotros no subimos.
Construcciones más nuevas pero que mantienen perfectamente el estilo del resto teniendo que construir puentes para entrar
Volvemos a entrar dentro del casco histórico por la Puerta de la Villa, teniendo enfrente la calle San Benito y que avanza en empinada cuesta hasta la calle Larga.
Llegados a este punto se puede subir a la muralla por unas escaleras de piedra y también se puede ver perfectamente la anchura de los muros de la muralla. Son tremendos.
Una serie de pasadizos nos animan a seguir por ellos y nos dio por pensar en lo dura que tenía (y tiene) que ser la vida en un lugar como éste, con este tipo de calles estrechas para que el sol no penetre en verano y el frío y la nieve haga el menor daño posible, así como los pasadizos que bordean parte de la muralla buscando el resguardo.
Nos pusimos a subir por esta calle que nos parecía fotogénica y además tenía poyos para sentarse y descansar en caso de necesitarlo.
A mitad de la calle nos encontramos a un paisano sentado en uno de estos poyos y con el que estuvimos charlando un rato con él y fue de lo más gratificante y espero que para él lo fuera tanto como para nosotros. Mala cara no nos puso en ningún momento, así que pienso que él también estaba a gusto hablando con nosotros.
Y de esta forma llegamos de nuevo hasta la Puerta de San Ginés y ahí teníamos como al principio la calle de la Alhóndiga...
...en cuyo edificio, que da nombre la calle se encuentra la Casa Consistorial.
La Alhóndiga fue construida en el siglo XVI y fue utilizada como granero, aunque se restauró entre los siglos XVIII y XIX de cuya restauración conserva la fachada actual construida con piedra de mampostería.
Me dio un poco de pena ver como la plaza de toros (por su singularidad) se utiliza como aparcamiento habiendo uno bien grande cien metros antes y de esta forma no poder contemplar en su magnitud el antiguo patio de armas del castillo.
Las plantas, las flores y los tiestos, están muy presentes en Miranda del Castañar, lo que le da color a las umbrías calles de la villa, aunque la casa de la foto inferior se encuentra extramuros.
Desde luego Miranda del Castañar tiene bien merecido una visita y muchas más y que nosotros haríamos más a menudo de tenerla más cerca.
Es una gozada andar por sus calles, charlar con sus gentes y disfrutar de su entorno natural.
Descubre más de la Sierra de Francia en el reportaje del blog Un día en La Alberca, uno de los Pueblos más Bonitos de España.
España tiene rincones preciosos muy desconocidos como este que hoy nos muestra en su blog. No hay que ir lejos para ver lugares unicos, maravillosos. Muchas gracias.
ResponderEliminarMiranda del Castañar además de estar en la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, conserva perfectamente el aire popular de la Sierra de Francia y mucho más tranquilo que su vecino La Alberca. Una delicia perderse por sus calles.
ResponderEliminarSaludos
Fantástico este lugar. Si no estuviese tan lejos de Ferrol, me acercaba. Y me gustó mucho tu estilo de narración, muy ameno.
ResponderEliminarHola Luis María, muchas gracias por lo que me toca. Desde luego este lugar es fantástico y es capaz de transportarte a otro tiempo y como su vecino La Alberca se lleva la mayor parte del turismo, aquí se está muy tranquilo y se disfruta mucho del pueblo.
ResponderEliminarSaludos
Hola, me a encantado tú reportaje, además lo he visto con mis padres que son de allí y les ha gustado mucho, muchas gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, no sabes que ilusión me hace de que les haya gustado a tus padres el reportaje, siendo de Miranda del Castañar.
ResponderEliminarSaludos